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ELENA MIELGO GARCÍA | Investigadora de Idonial, participó en las Jornadas de conservación y restauración de la Escuela de Arte

"La ventaja del hormigón es que puede adoptar formas diferentes"

"El daño más agresivo de este material de bajo coste y alta disponibilidad es la corrosión del acero embebido en su interior"

Elena Mielgo García.

El hormigón centra las XIII Jornadas de conservación y restauración de bienes culturales que comenzaron ayer en la Escuela Superior de Arte del Principado. Hasta el viernes, profesionales de distintos ámbitos relacionados con la conservación y restauración de este material exponen sus proyectos e investigaciones en Avilés. La química Elena Mielgo García, doctora en Ciencias de los Materiales e investigadora de la Unidad de Integridad Superficial y Corrosión de Idonial, ha sido una de las ponentes, ayer, en el palacio de Camposagrado.

- ¿Qué características tiene el hormigón?

-En el siglo XIX se extendió como material de construcción y cobró un peso grande por la disponibilidad de la materia prima y su bajo coste. Una de sus principales ventajas es que puede adoptar formas muy diferentes, como vemos en las esculturas "Elogio del Horizonte" y "Elogio del agua", ambas de Chillida. En cuanto a la singularidad que tiene frente a otros materiales cabe destacar la buena resistencia a la compresión y la mala o limitada a la tracción. Es por esta última característica el que se desarrollara el hormigón armado.

- A pesar de su durabilidad empieza a mostrar desperfectos. ¿Qué factores le afectan?

-Desde un error en el cálculo de la estructura o en su construcción, hasta fallos por las fuerzas físicas, por golpes o por la abrasión. Pero el daño que causa mayores consecuencias, el fenómeno más agresivo, es la corrosión del acero que está embebido dentro del hormigón. Debido al volumen de los productos de corrosión (entre cuatro y seis veces superior al volumen del acero que se ha consumido), estos ejercen tensiones sobre el hormigón provocando su agrietamiento y posterior desprendimiento. Por su parte, cuando el material es suficientemente denso y mantiene un ph elevado, protege al acero frente a la corrosión.

- ¿Cómo habría que actuar?

-Habría que hacerlo desde la etapa de diseño y fabricación, construyendo estructuras poco porosas, ya que a través de los poros circulan los agentes contaminantes; también utilizar técnicas electroquímicas para monitorizar la corrosión de las barras de acero y complementarlas con el uso de sensores para medir el ph, los cloruros o el oxígeno.

- Generalmente, las obras de hormigón están a la intemperie, ¿reaccionan igual en una zona cubierta que en el exterior?

-Sí, a la corrosión le afectan muchos fenómenos, como la humedad o la temperatura, pero también los contaminantes de la atmósfera. Es más perjudicial una marina o industrial que otra en el campo, la que está limpia tiene menos probabilidades de generar alteraciones.

- ¿Cómo se puede controlar la evolución de la corrosión en el hormigón armado?

-Depende de las técnicas que se utilicen para hacer su seguimiento. La manera más básica es la inspección visual, pero se va a ver el daño cuando ya es muy evidente. En cambio, las técnicas de monitorización electroquímicas dirán si sufre corrosión o no y dan la velocidad de la misma. Es recomendable usar éstas para actuar en un estado muy temprano, cuando el daño es mínimo.

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