La iglesia de Bañugues ha acogido esta tarde el funeral por el fallecimiento de Guillermo Rodríguez, director de la emisora local Onda Peñes y un hombre muy querido en el concejo de Gozón. El acto de su despedida congregó a numerosos amigos, vecinos y gente del mundo de la música. Sonó la gaita y el tambor en recuerdo de un vecino muy apegado a Asturias y a sus tradiciones. Rodríguez falleció a los 61 años ayer domingo cuando corría por la parroquia de San Jorge de Heres.

Uno de los momentos más emotivos del funeral fue ver a la hija del fallecido portando las cenizas de su padre envueltas en una bandera de Asturias.

Rodríguez era uno de los fundadores de la emisora local Onda Peñes, de la que también era director. Acostumbrado a hacer deporte y llevar una vida sana, salió ayer por la mañana a correr como cada domingo, momentos antes de que un vecino encontrase su cuerpo desplomado a la altura del lavadero de San Jorge de Heres, una parroquia del concejo de Gozón. Las autoridades confirmaron su fallecimiento tras haberse dirigido al lugar indicado.

Esta despedida tan inesperada ha dejado conmocionados a todos sus allegados, que resaltan la importancia que Rodríguez otorgaba a su salud. Lo repentino de este suceso es lo que sus conocidos califican como la peor parte: “Ni bebía ni fumaba. Todos los fines de semana salía a correr. Hacía la misma ruta”, aseguraron.

Con su marcha, Rodríguez deja un vacío en las vidas de su mujer y su hija, así como en los corazones de todos aquellos oyentes que acostumbraban a sintonizar con asiduidad la emisora local de la que era director, Onda Peñes. Sus siete compañeros de trabajo han decidido rendirle luto cancelando la emisión de ayer y la del día de hoy, dejando los micrófonos apagados en honor de su colega fallecido. “Es un mazazo tremendo”, añaden. Rodríguez había contribuido a llevar a cabo el proyecto de esta emisora local en 1990, fecha oficial de su creación, a pesar de que ya existiese con anterioridad a ella. Además de su reconocida relación con la radio, su condición de policía local en Luanco -a pesar de ser profesor de formación- extiende ese vacío creado a causa de su marcha mucho más allá.