Juan Pedro Romero es solista en la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y es también profesor de oboe en el Conservatorio de Avilés, que estos días celebra su III Semana Cultural. Esta tarde (19.00 horas, en el vestíbulo del mismo centro educativo) estrena en España "Tres momentos melódicos" para oboe y piano. En palabras de Romero, se trata de una pieza "dividida en tres partes independientes" que se inspiran en parte de su vida. Romero interpretará la composición junto al pianista Carlos Galán, el director del Conservatorio. El programa, sin embargo, lo inicia el trío "Orbón", una formación compuesta por Vicente Vallet (trompeta), José Luis Morató (trompa) y Marcos Malnero (trombón).

"Me hace especial ilusión poder estrenar", reconoce Romero. "La pieza es muy melódica y la compuse sólo pensando en mis alumnos, para que ellos pudieran interpretarla con facilidad. No me considero más que un compositor aficionado. Lo hago por afición", explica el oboísta alicantino, aunque asturiano de adopción. "Es adecuada para los cursos finales de enseñanzas profesionales", asegura. "Mi intención, y la de Carlos Galán, es hacer un concierto didáctico", añade.

En este sentido, Romero explicó por qué las tres partes tienen un amarre en su propia biografía. "La primera reconstruye mis recuerdos musicales de la infancia. En casa se escuchaba mucho a Falla, a Albéniz. Mucha copla. Esta parte tiene ese aire español. La segunda se titula 'Nana para Marta y Nuria', que son mis hijas. Así que la explicación es clara. La tercera parte es una humoresca, una broma musical. Y eso también forma parte de mí", señala.

Romero no se considera un compositor. "Empecé cuando le regalé a mi padre un pasodoble con motivo de los cincuenta años en la banda popular. Lo llamé 'Patri', de Patricio. Él es un músico aficionado. Me gustó hacer ese pasodoble que, además, interpretó la banda del Conservatorio de Avilés con Marcos Malnero en la dirección", apunta.

La otra pieza de estreno es "Ying y Yang". "Es más compleja técnicamente. El ying el yang me sugirió un concierto de opuestos. Tiene dos movimientos: uno muy oscuro y tenebroso y el otro, todo lo contrario", concluye.