Tania Fernández Navarro es avilesina, licenciada y doctora en Biología, y máster en Biología Funcional. Desde hace meses dirige CrioGene, el primer banco de ADN de titularidad privada nacido en la región. Ayer impartió una conferencia en Avilés con el siguiente título: "Conservar el ADN nos puede ayudar a prevenir y curar enfermedades", organizada por la asociación cultural "La Serrana". También participó en la sesión formativa Pablo Román García, del Imoma, instituto oncológico privado dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
- Conservar el ADN, ¿para qué?
-Nos gusta resumir las utilidades de la conservación del ADN basándonos en cuatro pilares. En primer lugar por emotividad: conservando el ADN se conserva la esencia de un ser querido. En segundo lugar hay que tener en cuenta que conservando el ADN lo que hacemos es dejar a nuestros descendientes un seguro de salud, de modo que una decisión de estas características puede protegerles en el futuro. El ADN es el patrimonio familiar más valioso que podemos dejar. En tercer lugar hay que valorar que nos abre multitud de aplicaciones médicas que nos permiten usar o ser tratados con medicina a la carta: cuanta más información tengamos de nuestros familiares mejor vamos a poder realizar medicina de prevención y tratamientos personalizados. En cuarto lugar el ADN nos aporta valor legal.
- ¿Quién puede conservar su ADN?
-Lo puede hacer cualquier persona. Todos tenemos un ADN que es único e irrepetible: 50 por ciento de la madre y 50 por ciento del padre. Esta información de los antepasados permite detectar, por ejemplo, si un enfermedad es nueva o heredada.
- ¿Y cuánto cuesta conservar el ADN?
-Depende de las condiciones de la muestra y el cliente, pero el precio parte de los 250 euros por diez años. Pasados estos diez años, y por motivos de confidencialidad, damos al usuario la posibilidad de renovar el contrato o extinguirlo.
- ¿En qué consiste el proceso para conservar el ADN?
-La diferencia con el banco público es que, por legislación, en el público se conservan las muestras de pacientes que tienen interés de cara a la investigación. Nosotros, en la empresa privada, creamos un vínculo con el paciente. Para conservar el ADN se recoge una muestra de saliva y se guardan cuatro copias de seguridad en distintas localizaciones. Para contratarlo es bien poniéndose en contacto con nosotros bien con nuestros centros colaboradores.
- ¿A qué edad recomienda iniciar los trámites para la conservación del ADN?
-Se puede hacer en cualquier momento, aunque a más edad es normal que la gente esté más conciencia. En caso de niños adoptados o nacidos a partir de técnicas de reproducción asistida es muy recomendable hacerlo también para tener toda la información de ambos progenitores. También se puede contratar en el tanatorio en caso de que no se haya tomado la decisión antes. Esto es muy importante ahora dado el auge de las incineraciones en Asturias.
- ¿Podría poner un caso real de las ventajas de conservar ADN de acuerdo a su experiencia en CrioGene?
-Sí, hay varios ejemplos pero hay uno que me gusta especialmente: se trata de una chica de 33 años que descubrió que tenía una hemofilia extraña. Tras hacer el estudio genético descubrió que la mutación se había producido en su madre y no en su abuela, y se desechó que podían tener la enfermedad primos u otros familiares. A partir de ese estudio se hizo un tratamiento personalizado para la chica y su madre y ambas llevan ahora una vida relativamente normalizada.
