A semejanza de las mujeres víctimas de malos tratos, los menores españoles serán objeto de una protección integral y reforzada cuando entre en vigor la ley orgánica en proceso de elaboración y cuyo anteproyecto heredará el Gobierno que salga de las urnas el 28 de abril. La elaboración de esta ley "no tiene excusa", según reseñó ayer en Avilés una de las expertas que ha colaborado en la redacción del texto, la profesora de Derecho Público Clara Martínez García, directora de la cátedra "Derecho y Menores" de la Universidad de Comillas. Y no la tiene porque existe un mandato del Congreso para sacarla adelante y, anterior en el tiempo, una directriz del Consejo de Europa. La norma lleva nueve años en gestación.

La profesora Clara Martínez incidió en la importancia que tiene el hecho de que la futura ley para la protección de la infancia aborde la problemática con visión "integral", como ocurrió en su día con la violencia contra las mujeres. Esto significa que, entre otras medidas, dará carácter de autoridad pública a los servicios sociales de atención primaria, desarrollará programas de formación de los profesionales involucrados en la prevención y el tratamiento de la violencia ejercida contra los menores, introduce el concepto de "reparación de daños" y contempla un marco jurisdiccional específico.

Las diferencias entre la situación jurídica de los menores hacia la que se pretende ir y la actual son de calado. Clara Martínez hizo ver que las actuales leyes son, fundamentalmente, "penales y represivas porque ponen el foco en la conducta del agresor en vez de en la víctima, y estando bien que se castigue a quien agrede no es menos importante disponer de medidas para la reparación del daño y la reinserción exitosa del menor en su ambiente familiar y social. A esto último es, como novedad, a lo que prestará más atención la futura ley de protección de los menores".

La ponente intervino ayer en la segunda jornada del XIV Aula municipal por los derechos de la infancia, organizada por el Instituto Adolfo Posada con la colaboración del Ayuntamiento de Avilés y de Unicef Asturias. En el transcurso del acto, al que acudieron profesionales del ámbito de los servicios sociales, afloraron cuestiones como la extendida creencia de que el "cachete a tiempo" tiene valor pedagógico o el conflicto de derechos que se da cuando chocan los del niño y los de sus padres. Clara Martínez fue categórica: "Pegar, nunca" y respecto a las relación con los menores en el seno familiar abogó por "consolidar relaciones de buen trato más allá de conformarse con evitar las basadas en el maltrato; el bienestar de los niños debe estar por encima de cualquier otra consideración".