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Ratonchi y el astrolabio mágico de Pedro Menéndez

Una recreación sobre Pedro Menéndez en el colegio Villalegre.

Antes de nada, quiero daros las gracias a todos por la acogida que está teniendo mi nuevo libro "Ratonchi y el astrolabio mágico de Pedro Menéndez" que ya se encuentra en las librerías de Avilés. Gracias por tanto cariño. Espero que esta nueva aventura os haga disfrutar de la lectura.

Y hablando de Ratonchi...

Era una tarde otoñal, el viento soplaba y las hojas de los árboles bailaban a lo largo de las calles haciendo una alfombra natural.

En el Parque del Muelle, uno de los lugares más maravillosos de Avilés, se respiraba algo especial. Había como un ambiente extraño que presagiaba que ese día ocurriría algo.

Y ahí estaba él, nuestro querido y afamado Ratonchi, jugando con las hojas de los árboles que llenaban el suelo. Corría y saltaba travieso entre ellas. Se escondía y las mordisqueaba. Así, hasta llegar a la estatua de Don Pedro Menéndez de Avilés, Adelantado de la Florida. De pronto, nuestro amigo se sentó a admirar y venerar su estatua, que había sido colocada allí hacía cien años.

Don Pedro Menéndez, el adelantado de la Florida, uno de los hombres más ilustres e importantes de Avilés, pensó el ratoncito.

Ratonchi admiraba su imponente estatua y, por un momento, le pareció que Menéndez le guiñaba un ojo. Ratonchi sorprendido e incrédulo lo miró fijamente, y la estatua del Adelantado le volvió a guiñar un ojo a la vez que le dedicó una sonrisa.

Nuestro amigo rio maravillado y feliz. Se fue corriendo veloz, saltando entre las hojas a contarle lo ocurrido a su abuelito, que le esperaba en casa.

Atravesando la calle de la Ferrería a toda velocidad, escuchó a su paso un niño que cogido de la mano de su abuela gritó:

-¡Abuela, acabo de ver pasar a Ratonchi!

-Venga, camina, -contestó su abuela mientras trataba de tirar del brazo del niño para que avanzase. -No digas tonterías, ¿no ves que es muy difícil ver a Ratonchi?

-¡He visto a Ratonchi! ¡He visto a Ratonchi!- gritaba emocionado el niño mirando hacia atrás, tratando de seguir con la vista el recorrido de Ratonchi.

Nuestro amigo reía al escuchar como el pequeño le había reconocido. Otro niño más al que ha hecho feliz nuestro querido ratón.

Rápidamente Ratonchi accedió a los subterráneos secretos bajo el ayuntamiento de Avilés, lugar donde se encuentra su casa. Fue a buscar a su abuelo y le contó lo ocurrido con la estatua de D. Pedro Menéndez. Su abuelito le sonrió y se dirigió a una enorme estantería llena de libros y sacó uno de historia. Se sentó junto a él, se puso los lentes y abrió el gran libro.

-Mi querido Ratonchi, ¿qué sabes tú sobre D. Pedro Menéndez?, -preguntó su abuelo.

Ratonchi comenzó a mover los bigotes pensativo...

-Mmmm que es el Adelantado de la Florida y que era de Avilés, -respondió Ratonchi. -Además sale en la portada de mi primer libro...

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