La avenida de Lugo recuperó la normalidad a primera hora de la mañana de ayer, tras el susto que provocó la caída de parte de la cubierta de una nave sobre media docena de coches aparcados. La Policía Local abrió al tráfico una de las principales arterias de la ciudad y los operarios retiraron la chapa metálica y una grúa se llevó los vehículos afectados. Todos ellos eran bien de los trabajadores bien de los clientes de Talleres Camblor, que está pegado al local donde se produjeron los desperfectos. "Fue increíble, menos mal que no pasó nada. Nos llevamos un buen susto", aseguró ayer Marcos Camblor, jefe del taller.

Los peritos acudieron por la mañana a analizar el estado en el que quedaron los coches para pasar el posterior parte. La mayoría están siniestro total. Ahora serán los seguros los que tengan que empezar a negociar con la propietaria de la nave -una entidad bancaria.

Por la mañana también acudieron técnicos de disciplina urbanística y técnicos y operarios de la propiedad. Tras la retirada de todos los escombros y coches, la zona quedó acordonada y vallada. La previsión es que la propiedad repare próximamente la cubierta, aunque antes tendrá que retirar todos los elementos sueltos.