La situación de la sardina en aguas atlánticas sigue siendo preocupante y, por ese motivo, la Unión Europea rebaja las posibilidades de pesca para las flotas españolas y portuguesas casi en un 30 por ciento este año. La cantidad sugerida por Bruselas es de 10.300 toneladas frente a las 14.600 toneladas de 2018. Esa cifra es "inadmisible" para los más afectados, los pescadores, que reclaman que la cuota se eleve hasta las 15.425 toneladas.

La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, explicó que ese cupo se ha establecido "en base a la información disponible sobre el estado del recurso". No obstante, aseguró que ambos países están trabajando para tratar de conseguir "una serie de flexibilidades que permitan en lo posible incrementar esa cantidad", eso sí, siempre bajo la premisa de las condiciones establecidas en el plan de gestión conjunto que España y Portugal presentaron a la Comisión Europea el año pasado, con vigencia hasta 2023, y que permitió mantener abierta la pesquería. Y es que hay muchas voces, sobre todo desde el ámbito científico, que urgen a cerrar el caladero si se quiere recuperar una especie que lleva en riesgo desde hace muchos años. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar ya advirtió el año pasado de que debería dejar de pescarse sardina ante la falta de biomasa.

Enfrente están los pescadores, que consideran que la cifra provisional de capturas para ambos países "no es viable social ni económicamente": entre España y Portugal hay alrededor de 5.000 profesionales que trabajan en más de medio millar de embarcaciones. Por ello, van a pedir una reunión de urgencia con el director general de Asuntos Marítimos y Pesca de la Unión Europea, el portugués Joâo Aguiar Machado, para insistir en que las 10.300 toneladas "no garantizan la sostenibilidad pesquera".

La cuota de sardina se reparte en un 67% para Portugal y en un 33% para España. La previsión es que puedan empezar a pescar el próximo 1 de junio. Con el objetivo de asegurar la sostenibilidad socioeconómica de esta pesquería, la Secretaría general de Pesca proponer concentrar la mayor parte del consumo de la cuota disponible en el periodo comprendido entre primeros de junio y el 31 de agosto, fechas en las que la demanda de sardina es mayor. Sería el 70 % del cupo. "Eso significaría contar con una cantidad muy semejante a la disponible durante el primer periodo de la anterior campaña", explican desde el Ministerio de Pesca. El 30% restante lo podrían pescar la flota española durante el segundo periodo y, "si una vez en disposición del resultado de la evaluación científica del plan de gestión así se decidiera, sería susceptible de contar con algún incremento adicional de cuota".

Xarda

La flota pesquera de Cantabria rechaza la pretensión de Asturias de que haya una modificación en el reparto de la xarda y amenaza incluso con movilizaciones. Defienden que si se cambia el sistema de reparto para la caballa, y se pasa de un criterio basado en derechos históricos a otro lineal, ese cambio debería aplicarse a todas las especies. La consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, mantuvo que la flota asturiana está "discriminada" y pidió a los cántabros que no "mezclen" debates. "No es admisible que se utilicen otras especies para compensar a las flotas vasca y cántabra las ocasionales pérdidas por un reparto más equitativo de caballa", afirmó Álvarez.