Articulista y tertuliana en diferentes medios de comunicación y autora de los libros "Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno" y "Vestidas de azul. Análisis social y cinematográfico de la mujer transexual en los años de la Transición española", ValeriaVegas participa esta tarde (18.00 horas) en una mesa redonda en el marco del festival de cine LGBTIQ que se celebra en el Centro Niemeyer. En el encuentro, titulado "Identidades alternativas y memoria histórica", también intervienen César Vallejo, editor del informativo "La 2 Noticias" de TVE; Alberto Berzosa, profesor del departamento de Humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid; y Elisa Coll Blanco, activista bisexual y feminista. Jordi García, "Hidroboy", autor del portal estoybailando.com, actúa de moderador.
- ¿Las reivindicaciones feministas están ocultando las de colectivos que defienden otras identidades de la mujer?
-Hoy en día, dentro de esas protestas y quejas feministas, también se reivindica la transexualidad, pero ser hace como un acto de solidaridad, ya que no se sabe distinguir la condición de la identidad sexual, muy pocos lo tienen claro, las personas están desinformadas.
- Han transcurrido 40 años de la despenalización de la homosexualidad, ¿hacia dónde encaminan sus pasos los colectivos LGBTIQ?
-Entre los pasos que están dando están los de abrir camino a las nuevas generaciones, que están muy preparadas. Hace años era impensable que en el colectivo transexual hubiera chicas jóvenes tan bien formadas, era un colectivo que acababa en la prostitución o el espectáculo. En este sentido, reivindico hacer justicia a esas generaciones pasadas.
- ¿Los transexuales son los grandes olvidados de entre las diferentes entidades sexuales?
-Son los grandes olvidados y los más perjudicados. La homosexualidad sale del armario y puede vivir; un transexual, cuando se manifiesta, puede sufrir rechazo familiar, sentimental, problemas para encontrar pareja y, en el aspecto laboral, lo ha tenido muy difícil, le han cerrado las puertas. No podemos olvidar que la ley que permite el cambio del DNI surge porque Carla Antonelli, que fue diputada, se puso en huelga de hambre. La transexualidad es la minoría de la minoría.
- ¿La sociedad ha madurado lo suficiente para entender y respetar o personas de diferentes condiciones e identidades?
-La sociedad ha evolucionado pero no está bien informada, pides a la gente definir qué es una persona transexual y no lo tienen muy claro. Es cierto que hay una aceptación cuando se produce el cambio de sexo, pero la persona tiene que llegar a la operación por decisión personal y no por la aceptación de la sociedad.
- ¿Cuál es el problema más grave al que han de hacer frente?
-La inserción laboral por la exclusión social. Tienen mayor tasa de desempleo que una etnia marginada. Y una transexual e inmigrante sufre doble discriminación.
- Lleva años estudiando la transexualidad, ¿qué ha despertado este interés?
-La lectura, los reportajes, las investigaciones...Yo no viví la época de la ley de escándalo público que se derogó y que venía heredada de la ley de peligrosidad social, pero despertaron en mi la curiosidad todas las personas que abrieron camino y considero que hay una deuda con ellas. Hay mucho pendiente por hacer, es cierto, pero al echar la vista atrás me da rabia decir que la situación está mal porque ha mejorado con respecto a hace tres décadas. Existe la transfobia, pero cada día, la sociedad es más sensible y empatiza con las minorías.
