La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aludium invierte 60 millones en las plantas que compró a Alcoa hace cuatro años

La producción de las fábricas de laminado de Amorebieta y Alicante aumenta el 42%

Instalaciones de Aludium, en Alicante. PILAR CORTÉS

Aludium, la sociedad que gestiona las plantas de Amorebieta y Alicante que el fondo de inversión Atlas Holding compró a Alcoa hace cuatro años, ha invertido en ellas unos 60 millones y ha aumentado la producción en un 42%. Sendas fábricas no solo emplean a los extrabajadores de Alcoa, sino que junto a las inversiones se han producido nuevas contrataciones. La incertidumbre que envuelve a los alumineros de Avilés y La Coruña la vivieron no hace tanto sus compañeros vascos y alicantinos. "Cuando nos anunciaron la venta había mucha incertidumbre, miedo, no sabías lo que iba a venir. El 1 de enero de 2015 Aludium se hizo con las plantas. Desde entonces, todo es positivo. Prefiero a Aludium que Alcoa", apunta José Manuel Pascual, secretario general de la sección sindical intercentros de Aludium.

Las últimas plantas españolas que vendió Alcoa fueron las de Amorebieta y Alicante (en el pack iba incluida la francesa de Castelsarrasin). Las compró en 2014 el fondo de inversión Atlas Holding y gestionadas a través de Aludium. Este grupo industrial se encuentra en el listado de potenciales compradores de las fábricas de aluminio primario de Avilés y La Coruña junto con Liberty, Quantum (propietario de la planta gijonesa de Vauste, que acaba de anunciar despidos temporales), Sherpa, Cunext y BCT Metals. Hoy se celebra en Madrid una nueva reunión sobre el proceso de venta.

Aludium y Alibérico (grupo industrial propietario de tres plantas que en su día pertenecieron a Alcoa Inespal: Sabiñánigo, Linares y Alcalá de Henares, todas ellas transformadoras de aluminio) llegaron a sellar una alianza en 2016 para hacer una oferta definitiva por los tres últimos complejos que conserva Alcoa en España (Avilés, San Ciprián y La Coruña). No salió adelante, pero el interés sigue vivo.

Un calvario

El lustro anterior a la venta, los trabajadores de Amorebieta y Alicante tuvieron su calvario. La planta alicantina sufrió entre 2009 y 2014 una media de entre 70 y 75 días de expedientes de regulación de empleo temporales. "Trabajo en esa fábrica desde 2001 y no vi a Alcoa invertir ni un duro en ella. Y tampoco en la de Amorebieta", apunta Pascual. Alicante, con una capacidad de 55.000 toneladas, perdía con Alcoa tres millones anuales. "La compañía nos planteó el descuelgue de convenio colectivo, hubo un ERE temporal para toda la plantilla, congelación salarial... En 2010 se cerró la fundición de Alicante, paró la hoja fina (donde se fabrica el papel de aluminio). Hubo un plan de reestructuración con bajas voluntarias para la gente de mayor edad. Antes del anuncio de venta, peleamos mucho por la supervivencia", prosigue el sindicalista.

Lo que ocurría en el País Vasco y Alicante tuvo eco en Avilés, donde los trabajadores de Alcoa se movilizaron en solidaridad con sus compañeros. "Nuestro proceso fue diferente porque no se anunció el cierre. En 2014 se comunicó un proceso de exploración para intentar vender Amorebieta, Alicante y Castelsarrasin. El responsable de negocio de transformación actuó como mediador y buscó un posible comprador. La información nos llegó a cuentagotas, pero teníamos claro que se garantizaba la continuidad de la plantilla, el compromiso con la seguridad laboral, el mantenimiento del convenio... Hasta el 1 de enero de 2015 no supimos que ya éramos Aludium", reconoce José Manuel Pascual.

Las inversiones no tardaron en llegar y fueron enfocadas a reducir el coste del metal comprando menos placas de aluminio a terceros (Aludium es el principal cliente de Alcoa en España) e invirtiendo en las fundiciones. La fábrica vizcaína, ahora con 510 trabajadores, ha incrementado de 110.000 toneladas de capacidad de producción en tiempos de Alcoa a las 195.000 actuales. En 2017 instaló un horno rotativo con tecnología innovadora (similar al de la planta de Avilés, pero más moderno) que funde diferentes tipos y formas de chatarra (incluida la lacada, como las latas pintadas) para generar placa de aluminio que luego se transforma en bobina. La inversión más reciente ( 20 millones) es un horno multicámara que permite reciclar chatarra sucia, reducir las emisiones, ahorrar energía y reducir la dependencia de otros proveedores de metal.

Inversiones

La alicantina emplea ahora a 407 trabajadores, 50 más que en los tiempos de Alcoa. Con una inversión de unos siete millones, su fundición se reabrió el pasado enero y tendrá una capacidad de 30.000 toneladas anuales, aunque por el momento no está a tope de producción. También se han invertido entre seis y siete millones en mejora y renovación de maquinaria, siempre según fuentes sindicales. La capacidad total de la planta ronda ahora las 72.000 toneladas anuales. En ella se fabrica producto acabado, transformando las bobinas de aluminio de ocho milímetros que salen de Amorebieta a demanda de los clientes. En Alicante, además, se encuentra el centro de I+D Cindal de investigación de aluminio.

El grupo de negocio Aludium cerró el pasado ejercicio con números positivos, si bien no los esperados por la compañía, según las fuentes consultadas. El precio de la luz también incide de forma directa en su cuenta de resultados. Es una compañía electrointensiva, aunque la electricidad tiene un impacto de entre el 10 y el 15% en el valor del coste del producto frente al 50% de la fábrica de San Balandrán, de aluminio primario. En torno al 95% de los directivos de producción de Aludium son excargos de Alcoa.

Compartir el artículo

stats