Los agentes de la comisaría local de la Policía Nacional de Avilés imputaron el pasado 2 de abril una infracción de simulación de delito y estafa a una mujer de 78 años, vecina de la ciudad, que denunció la sustracción de su bolso en el mercado semanal de la plaza de abastos Hermanos Orbón, que se celebra los lunes por la mañana.

Tras dar una versión de los hechos "poco coherente", los agentes comprobaron cómo lo sucedido no había ocurrido tal y como denunciaba la supuesta víctima. "Ante las dudas surgidas en el relato de los hechos y gracias a la nueva aplicación policial Veripol (herramienta al servicio de los investigadores policiales que realiza una búsqueda automatizada de posibles denuncias falsas alertando de posibles irregularidades en las mismas), se procedió a comprobar algunos de los extremos de la citada denuncia", explican.

En base a esto, se citó de nuevo a la denunciante para comparecer en dependencias policiales "al objeto de clarificar determinados aspectos de su denuncia, reconociendo finalmente los hechos en presencia de su abogada, declarando que había aprovechado la ocasión para dar cuenta a su compañía de seguros a fin de cobrar la indemnización a la que tendría derecho, según la póliza contratada con su entidad aseguradora". De estos hechos se ha dado debida cuenta al Juzgado de Instrucción de Guardia de Avilés, para incoar las correspondientes diligencias previas.

Esta investigación se enmarca dentro de la nueva estrategia de la Policía Nacional en la que, presuntos robos o hurtos, finalmente se convierten en simulaciones de delito y fraude, cuando una persona por ahorrarse un dinero a costa del seguro, denuncia ante la policía un delito inexistente o relata los hechos de forma distinta a como sucedieron, todo ello para que le cubra la póliza del seguro.

Para apoyar estas investigaciones la Policía Nacional está desarrollando y aplicando nuevas herramientas informáticas como es el caso de Veripol, una aplicación que busca y comprueba de forma automatizada este tipo de denuncias alertando a los investigadores de la posible presencia de evidencias falsas o simulaciones de delito.

"En muchos casos estas personas no son conscientes de que su acción no deja de ser un delito en sí, pese a ser advertidas por escrito en el momento en que van a hacer su denuncia, pudiendo llegar a ser detenidas y enfrentarse a posibles penas de hasta dos años de cárcel", dicen los agentes. Estas acciones, que los autores normalmente consideran que no perjudican a nadie, constituyen en realidad un fraude a las empresas de seguro que asciende a millones de euros en el conjunto del territorio nacional, con el coste que para todos los ciudadanos supone, debido al incremento del importe en la contratación de las pólizas de seguro por parte de las compañías aseguradoras.