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Ratonchi y el astrolabio mágico (y III)

La historia de Pedro Menéndez que asombra al pequeño roedor a través de un recorrido por las calles de Avilés

Niños del colegio Palacio Valdés leen cuentos de LA NUEVA ESPAÑA.

Ratonchi escuchaba entusiasmado todo lo que le contaba su abuelo sobre el Adelantado...

-¿Qué más pasó?, -preguntó el pequeño.

Pues que Menéndez fue nombrado Capitán General de la Armada Española de Felipe II, incluso de la Orden de Santiago, título que solo tenían en aquella época los hombres más insignes.

-Abuelo, y tú ¿cómo sabes todas esas cosas? - pregunta Ratonchi.

-Ja ja ja, porque me gusta mucho leer, ya sabes que es muy importante, y porque además (se acerca susurrando) en el barco de Pedro Menéndez, siempre viajaban unos cuantos ratoncitos escondidos en las bodegas, ¡nuestros antepasados!

-Ja ja ja, -ambos ríen.

-Abuelo, entonces, Don Pedro Menéndez, ¿fue un súper héroe de la época?, -pregunta Ratonchi embelesado.

-¡Pues sí! A bordo de la San Pelayo no había pirata que se le resistiera, y llevando por bandera el respeto, la honradez y la Cruz de la victoria, llegó a lo más alto.

-Guauuu, -dijo el pequeño emocionado... Pero hay algo que no entiendo abuelo... ¿Cómo es posible que en Avilés sepamos tan poco del que fue uno de los personajes más importantes del siglo XVI? Ni siquiera sé dónde vivió o dónde está enterrado... Lo poco que sabía hasta ahora es gracias a tus enseñanzas y a la recreación histórica que cada año organiza la Asociación Pedro Menéndez de Avilés.

-¡Ay mi pequeño!, -dice el abuelo cerrando el libro y quitándose los lentes.- A veces a los humanos no hay quién los entienda? En San Agustín de la Florida veneran al Adelantado, y aquí, en su tierra avilesina, apenas se le conoce, como bien dices... La casa de Pedro Menéndez está en la Plaza de Camposagrado, el edificio que albergaba la escuela de cerámica. Y, a pocos metros, está enterrado. Su cuerpo reposa en el interior de la Iglesia de Los Padres Franciscanos, San Antonio de Padua: cualquiera puede ir a ver su tumba.

-¡Y yo no sabía nada de esto!, -dice Ratonchi cabizbajo y avergonzado.

-No mi pequeño, no te sientas avergonzado, sé que ahora tú tienes una verdadera misión, enseñar a todos los niños quién era el Adelantado.

-¡Claro que sí abuelito! Juro por mi honor que conseguiremos devolver a Don Pedro Menéndez la fama y la honra que jamás le debieron haber quitado.

Ratonchi miró sonriente y entusiasmado a su abuelo y antes de marchar a prisa alzó la voz y dijo:

-¡Viva Pedro Menéndez!

-¡Viva!, -respondió su abuelo entre risas. Sabía que Ratonchi tenía una misión importante, como también sabía que cuando se propone algo, ¡no para hasta conseguirlo!

Ratonchi salió de su casa a una velocidad vertiginosa; estaba emocionado y entusiasmado.

Y ahora, os recomiendo seguir leyendo "Ratonchi y el astrolabio mágico de Pedro Menéndez" que recientemente está en librerías a niños y mayores, para seguir conociendo la historia del "súper héroe de Avilés" de una forma divertida, y para conseguir que el Adelantado, sea verdaderamente profeta es su tierra.

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