La trayectoria de David Sicilia Medina en la cofradía avilesina de La Soledad y la Santa Vera Cruz alcanzará el próximo Viernes Santo su culminación cuando sea oficialmente investido como hermano mayor de la entidad, cargo para el que fue elegido el pasado sábado y en el que releva a Belén Fernández Miranda. El nuevo cabeza visible de la cofradía de Sabugo tiene 30 años y es maestro en el colegio salesiano Santo Ángel.
- ¿Cuándo y por qué se hizo cofrade de La Soledad?
-Entré en 2006 debido a la veneración que le tenía mi abuela a la Virgen, y eso que ella no era cofrade. El impulso de un profesor que sí era cofrade me acabó de animar. Empecé en la banda de tambores y según pasaron los años hice un poco de todo, lo que nunca tuve fue cargo directivo.
- ¿Cómo podría explicarle a quien no sea cofrade en qué consiste esa militancia religiosa?
-La cofradía es como una segunda familia, más allá del trajín de los días de Semana Santa trabajamos en proyectos sociales, hacemos vida de parroquia, procuramos promocionar el sentimiento religioso. Personalmente es una experiencia que me hace sentir bien.
- ¿Por qué optó a ser hermano mayor?
-Tiene que ver con un momento idóneo de madurez personal y oportunidad familiar; por supuesto, el hecho de que otros cofrades me animasen fue decisivo. Espero aportar mi granito de arena para que la cofradía siga creciendo.
- En su condición de maestro le presumo buena sintonía con la chiquillada... ¿Ha pensado en cómo acercar a los niños, que serán los cofrades del futuro, a la entidad?
-Ciertamente, el tránsito de la infancia y la adolescencia la religiosidad no es una cosa fácil. La cofradía, en su modestia, puede ofertar a los pequeños una experiencia socialmente gratificante, el fomento de determinados valores cristianos y la convivencia en un grupo familiar. Tenemos tan clara la necesidad del relevo generacional que hemos puesto en marcha un programa de acólitos para niños y niñas de menos de cinco años.
- ¿Entiende la pertenencia a la cofradía sin sentimientos religiosos?
-Yo no.
- Pero muchos de los que van a las procesiones de Semana Santa no son creyentes, acuden atraídos por otras razones. ¿Le molesta esto?
-En absoluto, siempre que se haga con el debido respeto.
- ¿La Semana Santa de Avilés vive el momento más dulce posible?
-Se ha trabajado mucho y bien por parte de las cofradías y los resultados saltan a la vista; no obstante creo que podría haber más apoyo.
- ¿Alguna idea para que siga mejorando?
-Uno de los objetivos que me marco es conseguir que la juventud se involucre en la vida cofrade y para eso pienso que es imprescindible el uso de las redes sociales, el formato de expresión preferido por los chavales. Quiero, pues, usar esas herramientas como plataforma de difusión de nuestras actividades, de nuestro mensaje.
- ¿Seguirá La Soledad involucrada en proyectos solidarios y sociales?
-Por supuesto, somos parte de la parroquia y tenemos que ayudarla en todo lo que podamos.
