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LUIS ÁNGEL COLUNGA | Vicesecratario general de la organización sindical IndustriAll

"Quien compre Alcoa tiene que tener claro que hay que hacer una inversión importante"

"El suelo de baterías se tiene que aprovechar para focalizar startups industriales; esperar por una gran industria es filosofía del siglo pasado"

Luis Ángel Colunga, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, durante la entrevista. MARÍA FUENTES

El vicesecretario general de la organización sindical IndustriAll, Luis Ángel Colunga (Avilés, 1961), es de los que trabaja en la sombra por la continuidad de las plantas de Avilés y La Coruña que Alcoa quiere cerrar. Recién llegado de Bruselas, donde trabaja desde julio de 2016, el exdirector general de Industria del Principado, vuelve a casa por Semana Santa.

- ¿Es optimista con la venta de Alcoa?

-Sí, la situación es mejor que la de noviembre, cuando Alcoa planteó la venta de las plantas con la única opción de negociar la continuidad de los hornos de refusión y el reciclado. Cambió el 15 de enero su opinión cuando firmó el acuerdo con los sindicatos. Parece que hay inversores, muchos por mera curiosidad y algunos con verdadero interés. Ahora mismo hay posibilidades de que las plantas de Avilés y La Coruña permanezcan abiertas, siempre y cuando Alcoa actúe de buena fe y el Gobierno central haga su trabajo con agilidad.

- La industria intensiva en consumo eléctrico ya ha criticado que no se expriman al máximo las ayudas por el CO2 y dice que el borrador del Estatuto pendiente de aprobación es "una tomadura de pelo"...

-El Estatuto de los electrointensivos es muy importante pero quiero ser realista y empezar a mirar más allá. La supervivencia de las dos plantas tiene que ver con los costes energéticos pero también con las inversiones que tendrán que hacer los posibles nuevos propietarios de Alcoa. Hay que invertir para que la producción de aluminio básico tenga mucho menos coste, produciendo con otros métodos (en vez de por el electrolítico). Un informe del comité de empresa europeo evalúa en unos 120 millones la inversión en cada planta para el cambio de los métodos productivos. Hace falta un estatuto electrointensivo y que los que vengan tengan claro que hay que hacer una inversión fuerte para dar viabilidad a las dos plantas. Es una de las claves. Alcoa no ha invertido nada en los últimos años, ha desinvertido. La primera vez que visité la planta de Avilés había una línea de laminación de bobina y cuando regresé ya no estaba, se había montado en Noruega. En la fábrica de La Coruña hay plantas de acabado que están paradas. Alcoa no ha actuado de buena fe. Espero que lo haga ahora.

- ¿Ve factible que concluya el proceso de venta antes del 30 de junio?

-La información que me llega es que hay margen, el calendario no es cerrado y por ahora se están cumpliendo los plazos.

- ¿Y las elecciones serán un problema?

-El Gobierno central está en funciones, las elecciones son en dos semanas y el próximo tendrá que tomar una decisión. Por todo lo que he visto, no parece que haya diferencia de criterio en ningún partido político. Entiendo que cualquier Gobierno, sea del signo político que sea, va a defender la continuidad de las plantas de Alcoa. La presión en mayo y junio va a ser crucial, hay que ser enérgico con Alcoa.

- ¿Otras multinacionales intensivas en consumo eléctrico, como Arcelor-Mittal y Asturiana de Zinc, están también en riesgo?

-El debate del precio de la energía no es local o nacional. En Bruselas se ha creado un grupo de alto nivel para hablar de las empresas electrointensivas. Es un problema a nivel europeo. El mismo riesgo que corren algunas plantas de aquí, lo corren plantas de otros puntos de Europa. El tema del coste de la energía no es un problema asturiano ni español, sino europeo. Hay un riesgo de pérdida de competitividad y de cierre a nivel europeo. La energía en España es más cara, pero en otros países hay otros problemas. La industria corre un serio riesgo por el cumplimiento de las normativas ambientales (en las que todos estamos de acuerdo, que quede claro), por el tema energético, por las importaciones de terceros países, por los procesos de dumping, por los costes laborales que son muy inferiores fuera de Europa.

- ¿La amenaza puede llegar a la pérdida de la producción básica, a que Europa tenga que acabar importando todo el acero, cinc, aluminio, papel...?

-Los ciudadanos europeos, los gobiernos, los sindicatos y las industrias están de acuerdo en todos los objetivos de reducción de las emisiones de CO2. Nuestra batalla ahora es obligar al resto de países del mundo a que cumplan estas normativas de fabricación limpia. Y si no lo hacen, Europa tendrá que adoptar medidas impositivas como los aranceles medioambientales o ajustes en frontera igualando los costes de unos y otros.

- Las baterías de coque de Arcelor-Mittal se apagarán a final de año y uno de los retos que afrontará Avilés será el desarrollo de esos suelos, unos 400.000 metros cuadrados de superficie en una zona privilegiada por su ubicación. ¿A qué cree usted que se debería destinar?

-Conozco el proyecto de la Isla de la Innovación, que no solo es urbanístico, sino también de desarrollo económico industrial. Se empieza a hablar de la localización de startups industriales, proyectos resultantes de lo que se investiga y desarrollo en el entorno, en un ecosistema innovador. Esa es una de las claves. Arcelor y otras empresas están hablando de aprovechar suelo ya para focalizar nueva actividad resultante de este trabajo de I+D que se hace en Avilés. Desarrollar un suelo para que venga una gran industria es filosofía del siglo pasado. Hay sitios más económicos, con más espacio y con mano de obra más barata.

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