Analía García (Oviedo, 1976) leerá el pregón de las fiestas del Bollo el próximo domingo (12.00 horas). No es nueva en esta celebración: en 1998 fue la "Reina" -entonces lo que había eran reinas-. Tras vender cupones de la ONCE, doctorarse en Literatura Comparada en Irlanda, trabaja como responsable de comunicación y desarrollo de proyectos de formación en el departamento de Responsabilidad Social Corporativa de la multinacional Amadeus. Atiende la llamada telefónica de LA NUEVA ESPAÑA.
- Será la nueva pregonera.
-Me da mucha alegría. Estoy muy emocionada. Es un privilegio porque voy a hablar a mi gente, en una fiesta que conozco bien porque hace 21 años fui xana.
- ¿Cómo lo recuerda?
-Fue una experiencia increíble. Aquel año todo fue glamouroso: el año en que la reina era ciega. Norma Duval presentó la gala del Palacio Valdés. Canté con ella. Fue una experiencia única: elegir vestido, atender todos los compromisos. Ahora soy 21 años más vieja.
- Ya había Comida en la Calle.
-Pasé un frío tremendo. La Comida es una fiesta muy innovadora: involucra a la ciudad, pero no sólo a ella.
- ¿Y qué va a contar?
-Espere al domingo a escucharme. Ya lo he mandado a la Alcaldesa: no ha sido un trabajo fácil, mis predecesores dejaron el listón muy alto.
- Empezó a trabajar vendiendo cupones.
-En Llano Ponte. No tenía quiosco. Se me dio bien, aunque es un trabajo muy duro. Me permitió tomar el pulso a la ciudad porque no sólo vendes lotería, escuchas a estos y aquellos.
- Se quedó ciega a los diez años. ¿Cómo lo afrontó?
-Eso es. Perder la vista me obligó a reajustar la vida que llevaba. Tenía que plantearme retos: el mundo es completamente visual.