Calidad de los ingredientes y fuego lento son las claves para conseguir una buena fabada, destacaron ayer quienes elaboraron el plato asturiano por excelencia en el marco de la Comida de la Calle. Por un lado, Luis Carbajal se situó un año más, y van dieciséis, al frente de la pantagruélica fabada de 3.000 raciones que organizó la asociación los Xagós de Miranda y que requirió 300 kilos de fabas, 50 de compango (tocino, chorizo y morcilla) 10 de cebollas, 5 de ajos, medio de pimentón, medio de azafrán y cinco litros de aceite.
A pocos metros de distancia, Tino Lorenzo, camarero de profesión, recibía el primer premio del Concurso de Fabada organizado por la Asociación de Amas de Casa de Llaranes. El jurado lo tuvo difícil para elegir al ganador dado el alto nivel de las preparaciones. La calidad del género, una cocción lenta y mimo en el proceso, son los factores principales para conseguir el mejor sabor, coincidieron en destacar el premiado y José Ramón Otero, uno de los miembros del jurado del certamen al que concurrieron ocho participantes. El segundo y tercer premio fueron para Pablo Cueto y Manuela Moñino, respectivamente.
