"Los médicos nos dicen que no le ven nada grave, pero que se llevó un buen golpazo y que pasará la noche en observación". Así de tranquilizador se expresaba anoche a la puerta de Urgencias del Hospital San Agustín el padre del pequeño B. J. J., un niño de 8 años residente en el barrio del Nodo que sobre las 20.00 horas perdió el control de su bici en la calle Galera y acabó volando por encima de un muro de más de dos metros cayendo de bruces al acceso de un garaje comunitario.

"La calle no tiene salida, acaba en un muro, y el niño tiró de frente. Cayó con la bici y de inmediato se puso pegar gritos quejándose de dolores en la cabeza y la cadera", relató a este diario un vecino que fue testigo del accidente. Los padres del menor, que viven cerca, acudieron de inmediato; también la Policía Local y los servicios de emergencia sanitaria. "Voy a poner un denuncia porque no es de recibo que al final de la calle no haya una protección; hoy fue mi hijo, pero puede caer cualquiera", aseguró el padre del crío.