El comité de Alcoa no renuncia a los compromisos adquiridos. "Tanto el Gobierno de España como el PSOE, que al fin y al cabo es el partido que los sustenta, nos prometieron que iban a aprobar el Estatuto de las Industrias con alto consumo de energía. Sólo les queda el Consejo de Ministros de mañana viernes, entonces debería estar listo: el domingo hay elecciones", explicó ayer José Manuel Gómez de la Uz, presidente del comité de Alcoa de Avilés, a la salida de la reunión ordinaria del comité europeo, el que reúne a representantes de los países en que la multinacional aluminera Alcoa cuenta con fábricas.
Uno de los puntos del orden del día del encuentro ordinario (el órgano de representación se reúne dos veces al años) era la información del acuerdo firmado en enero en España, el referido a la puesta a la venta de las plantas de Avilés y La Coruña. De la Uz explicó que este punto "no tuvo novedades, se trataba de poner al día a los compañeros de otros países de lo que está pasando en España".
Lo que sí que debería tener trascendencia es lo que sucederá en Madrid hoy. El hotel NH Colón acoge la tercera reunión de seguimiento del expediente de regulación de empleo (ERE), el que se activará el 1 de julio próximo. "Hay dos asuntos que no pueden olvidar: el plan de bajas incentivadas y el estado de las negociaciones", recalcó De la Uz. Respecto de lo primero, el líder sindical volvió a poner el foco en el plan que la empresa había presentado a los sindicalistas como incentivo para aprobar el ERE, es decir, que cerca de un centenar de trabajadores de la planta que Alcoa tiene en San Ciprián, en la provincia de Lugo, iban a dejar la empresa echando mano de convenios de rentas, o sea, despidos a las puertas de las prejubilaciones. "Fue un fracaso, tienen que darle una vuelta", señaló el representante sindical.
Este plan es importante dado que su marcha liberaría puestos de trabajo para parte de las plantillas de La Coruña y Avilés. Las cien bajas propuestas se iban a dividir entre las dos fábricas en el punto de mira. "Y, al final, sólo fueron 37 personas las que mostraron interés en marchar. Y, además, casi todos jefes", se lamentó De la Uz.
El otro asunto que está sobre la mesa es el estado de las negociaciones de Alcoa con su futuro comprador. Según el calendario autoimpuesto por la aluminera todavía no ha pasado el tiempo para recoger ofertas no vinculantes, es decir, aquellas que no traen consigo un compromiso final. "Tal cual están las cosas, la empresa tiene que estar en disposición de comunicarnos qué va a pasar con nosotros a partir del 1 de julio", apuntó Gómez de la Uz.
Una docena de sociedades han manifestado su interés en adquirir una o las dos fábricas de aluminio de Alcoa. De ellas, nueve dieron el paso adelante y firmaron el acuerdo de confidencialidad, es decir, se han comprometido a ver por medio de papeles si es factible adquirir las plantas.
