Los expatronos de la Fundación del Centro Niemeyer que declararon ayer como testigos en el juicio contra los exgestores, valoraron el trabajo de promoción del proyecto cultural por parte del entonces director general Natalio Grueso. "La promoción del centro adquirió un nivel muy interesante. Visitaba Madrid con mucha frecuencia y la gente me preguntaba qué estaba pasando en Avilés, parecía que nos habíamos puesto en órbita", apuntó el expresidente del Puerto Manuel Docampo a preguntas del abogado defensor de Natalio Grueso, Fernando Burgos.

También el exalcalde Santiago Rodríguez Vega calificó de exitosa la programación cultural de aquella época, un desfile de personalidades que en su caso no resultó una sorpresa "por la agenda y nivel de contactos de Grueso derivado de su trabajo en la Fundación Príncipe de Asturias". Sobre el salario del exdirector general del Niemeyer (unos 96.000 euros netos al año), dijo que "fue la condición que ponía para incorporarse al Niemeyer (era la suma que cobraba en su anterior puesto) y me pareció razonable".

En la sesión de ayer también declaró como testigo el director general de Economía del Principado en la época del consejero Jaime Rabanal, C. R. A., citado por el acusado José Luis Rebollo. Expuso que la Fundación del Niemeyer solicitó a principios de 2011 (año de la inauguración del centro) una autorización de endeudamiento y se pidieron dos operaciones para autorizar el abono de 500.000 euros y dos millones de euros, cuestiones de las que habló por teléfono con Rebollo y con la consejera Dolores Carcedo, entonces directora de la Oficina de Evaluación y Seguimiento de Políticas Públicas en la Presidencia del Principado. Solo se autorizó la operación de 500.000 euros, dijo C. R. A.