La selección de una parcela para construir el albergue de animales que impulsa el consorcio que conforman doce ayuntamientos -Avilés, Castrillón, Corvera, Carreño, Gozón, Illas, Soto del Barco, Pravia, Muros de Nalón, Las Regueras, Llanera y Candamo- sigue superando pasos. Los miembros de la mesa de contratación acudieron a visitar hace unos días todos los terrenos presentados al concurso abierto para adquirir el suelo para abrir la perrera, muy demandada por vecinos, para comprobar sus condiciones. Según consta en el expediente, todos los propietarios solventaron las carencias detectadas por los técnicos en un primer momento, por lo que son cinco los espacios susceptibles de acoger la instalación: tres en Castrillón -La Lloba, La Curtia y Las Bárzanas- y dos en Carreño, ambas en La Tabla y propiedad de la protectora de animales Principado de Asturias. Varias de esas ubicaciones generan rechazo vecinal.
En el caso de la parcela de La Lloba, los vecinos de Santiago del Monte se oponen frontalmente a acoger la perrera y llevan advirtiendo desde hace tiempo de que ese suelo, que ocupa 12.200 metros cuadrados, no cumple con los requisitos porque está cerca de algunas casas y, además, en esa zona habría una fosa común.
Respecto a las parcelas que presentó la protectora en Carreño, los vecinos de La Tabla llevan años mostrando su rechazo. La entidad presentó al concurso dos parcelas anexas, una de 14.363 metros cuadrados y otra de 15.444 metros cuadrados. Hay otras tres propuestas, aunque dos de ellas afectan al mismo prado. Ésta última está en la zona de Las Bárzanas. Su propietaria presentó sendas ofertas con propuestas para ocupar 39.583 metros cuadrados o 5.225 metros cuadrados. Los otros terrenos están en el área de La Curtia (Castrillón), aunque cerca de Miranda, y ocupa 10.003 metros cuadrados.
El consorcio tiene un presupuesto máximo de 55.000 euros para comprar la parcela, un montante que está incluido en el presupuesto de 2018. Las cuentas de 2019 ascienden a 179.200 euros, de los que 150.000 se reservan para las obras del edificio. El pliego de condiciones marca que la parcela que albergará la perrera tiene que tener una superficie mínima de 5.000 metros cuadrados, además de acceso directo desde la carretera o camino de titularidad pública y disponer de suministro de agua potable y de red de distribución de energía. Respecto a la distancia con las viviendas, se deja a lo estipulado por cada concejo.
