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El rito del beso, en peligro

La entidad vecinal de Villalegre hace un llamamiento ante la falta de parejas dispuestas a mantener viva la tradición

Daniel González y Sofía Castrillón, el pasado año en el rito del beso. R. S.

El rito del beso corre peligro. Tan solo quedan horas para que la asociación de vecinos "El Marapico" encuentre a una pareja que dé el paso y el próximo 11 de junio continúe una tradición que este año cumpliría 31 primaveras. "Si no encontramos una pareja antes de mañana -por hoy- no saldrá en la revista de las fiestas", explica la presidenta de la asociación de vecinos "El Marapico", Patricia Leyva, que prefiere cerrar ya el programa festivo para enviarlo a la imprenta antes que tener que esperar a última hora a encontrar una pareja dispuesta a continuar la tradición. "Siempre ponemos el nombre de los novios en la revista", apostilla la dirigente, que teme que la tradición que cada año congrega en el entorno de la ermita de La Luz a un gran número de avilesinos desaparezca.

La entidad vecinal lleva meses preguntando e intentando animar a parejas para que el próximo 11 de junio participen en el conocido como rito del puchero, es decir, que prueben la cuajada, rompan el recipiente que la contiene y se den tantos besos como pedazos resulten en el entorno de la ermita de La Luz. El año pasado, Daniel González y Sonia Castrillón, los últimos participantes en el tradicional rito, se dieron 155 ósculos, tantos como piezas recogieron. Además, batieron el récord de besos. En 2017, Beatriz Gonçalves y Jairo Gutiérrez se dieron 130 besos.

Según cuenta la leyenda en la que está basado el rito del beso, una plebeya y un conde sellaron su amor con un puchero de leche presa. Tras lanzar la vasija de barro contra el crucero, la pareja se compromete, según la tradición, a casarse en el plazo de un año. El hombre de la pareja es también el encargado de romper el puchero, que da paso al rito del beso. La tradición está también vinculada con la fertilidad y ese matiz le llevó a la asociación de vecinos "El Marapico" a descartar a parejas homosexuales.

No es la primera vez que la entidad vecinal de Villalegre tiene problemas para conseguir una pareja para el rito del beso, pero nunca antes en una fecha tan próxima a la celebración. La asociación de vecinos confía en hallar a una pareja en las próximas horas para poder incorporar sus nombres a la revista de las fiestas y, si no, antes del 11 de junio para así mantener viva la tradición de las fiestas del puchero.

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