La nueva urbanización de chalés de lujo en Peroño, diseñados por el prestigioso arquitecto Joaquín Torres, va viento en popa. De las veinte viviendas previstas ya se han vendido siete bajo plano, lo que supone un 45 por ciento del total, según explica el promotor, Alejandro Díaz. Estas edificaciones suponen un repunte de la construcción en la capital gozoniega.
Los compradores son asturianos y también inversores extranjeros que no solo adquirieron el chalé como segunda vivienda, que era lo previsto por la promotora, sino también como residencia habitual. Las casas tienen un coste que oscila entre los 600.000 euros y 1,5 millones de euros. "Joaquín Torres (conocido como el arquitecto de los famosos por hacer casas para millonarios) se ha implicado al máximo en el desarrollo de este proyecto", señaló Díaz. La fase de urbanización está a punto de finalizar, eso conllevará que a mediados de este mes comience la construcción de los chalés, que responden a tipologías diferentes y tendrán superficies que oscilarán entre los 255 y los 352 metros cuadrados. Cada uno de ellos contará con cuatro dormitorios.
"Busqué una arquitectura limpia, que huya de la repetición para unas viviendas abiertas y en la que las vistas adquieren el protagonismo con un mirador al mar Cantábrico", indicó el arquitecto Joaquín Torres, conocido, entre otras actuaciones, por su protagonismo en la lujosa urbanización "La Finca" de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Torres destacó además el "mimo" con el que trabaja la promotora, encargada de la venta y promoción de los chalés. "Las viviendas están pensadas para ese entorno, teniendo en cuenta la topografía del terreno y su belleza. Todas las casas son diferentes pero responden como un conjunto único", señaló el prestigioso arquitecto, que destacó además la calidad no solo arquitectónica sino también de los materiales a utilizar para la construcción de los veinte inmuebles.
Los singulares edificios que conformarán el complejo residencial situado en la finca Quinta de San Roque de Peroño permitirán ampliar el desarrollo de este barrio, que comenzó a crecer urbanísticamente a mediados de los noventa, en pleno "boom" del sector de la construcción. En casi todos los casos, con viviendas unifamiliares que se asoman sobre Luanco.
