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Un paseo por la vida de... Covadonga Barroso, candidata de Ganemos

La luchadora que "baja" a Avilés

Barroso nació en Valliniello, fue a clase a los "tubos" de Versalles, el barrio donde se crió y donde aún reside, y añora el mercado de La Texera

Covadonga Barroso, en La Texera. JULIÁN RUS

"Aquí venía a comprar cuando era cría y lo seguí haciendo hasta no hace mucho. Cuando mis hijos eran pequeños tenían que llevar fruta al cole para comerla en el recreo. Y también venían a comprarla aquí, como todo el barrio. La plaza tenía de todo, hasta un puesto de ropa interior". "Aquí" estaba el antiguo mercado de Versalles, en La Texera, la plaza de abastos que demolió el Ayuntamiento a finales de 2011 para habilitar un aparcamiento y el lugar elegido por la candidata de Ganemos, Covadonga Barroso, para comenzar el paseo por su pasado y por el que es su barrio desde hace 48 años.

Covi, la primera de cuatro hermanos e hija de trabajador de Ensidesa y de ama de casa, nació en Valliniello y residió los primeros cinco años de su vida en una "casita de campo con hórreo" situada en los terrenos del cinturón verde. Conserva pocos recuerdos de entonces, pero no olvida "los vapores de la térmica (de Ensidesa) y el ruido que hacía". "Temblaba toda la casa y las ventanas tenían plásticos en vez de cristales porque se rompían", explica.

En 1980, con cinco años, la familia Barroso Sánchez se mudó al número 33 de la calle La Paz, "encima del comercio de Manuel Ángel, a los últimos pisos que construyó el patronato de Ensidesa", en un barrio que aún conservaba su nombre original, poblado Francisco Franco.

Iba a clase a los "tubos", las aulas que nacieron a la sombra de Ensidesa y que se habilitaron en Versalles en los terrenos que ahora ocupan la calle La Reconquista y parte del actual colegio. "Para llegar tenía que pasar un puente (aún no estaba soterrado el río Magdalena, cercado por "sanjuaninos") y entre La Curtidora y el actual colegio de Versalles estaban los "tubos", "idénticos a los de La Toba: de chicos, de chicas y con una oficina en el centro". "Había un parquecito, con una seta como la de Llaranes, y también un parque de fútbol que tenía detrás La Curtidora", relata.

La niña Barroso era revoltosa y "mala estudiante hasta Bachillerato", cuando las notas mejoraron ("A partir de ahí, bien", afirma). Al mercado de La Texera iba a hacer la compra y en el parque de Versalles (en su infancia un solar) "quedaba con la pandilla del barrio".

En la adolescencia, "pasaba más tiempo en la calle con los amigos que en casa". "Solíamos ir a La Magdalena, por donde ahora discurre la senda, hasta Fuente Santos. Íbamos muchas tardes a tomar el sol, a coger grillos, nos bañábamos en el río. Iban muchas familias", prosigue.

Con el paso de los años, cambió las tardes sobre el césped por el bullicio de la movida de Galiana, cuando los coches aún circulaban por el centro y "costaba pasar" por la popular calle avilesina "por la cantidad de gente que había". "Soy de la generación del baby boom. Galiana estaba hasta arriba y también la parte alta del Carbayedo. Nos conocíamos todos", dice. El punto de encuentro solía ser El Trasgu, "el típico bar de toda la vida, el que más gente congregaba y en el que nació la idea del Descenso de Galiana". No todos son recuerdos dulces. La heroína hizo estragos en el Avilés de los años 80 y 90. "Muchos conocidos se quedaron por el camino", asegura, con rostro serio.

Maestra de formación y con estudios de informática, Barroso ha trabajado en varias empresas, entre ellas, Cristalería, Autotex y Airbag. En esta última, que se hundió en 2007, lideró la lucha obrera contra el cierre. Madre de dos hijos (de 19 y 26 años), también es celadora del Principado de Asturias y su último trabajo antes de dar el salto a la política fue en el Hospital de Mieres.

Reconoce que es "bastante tímida" y que no lleva bien las cámaras ni hablar en público. "Pero todo es cuestión de aprendizaje", afirma. De eso sabe un rato. Durante los últimos cuatro años ha hecho un máster en política municipal como secretaria de Ganemos Avilés en Común, trabajando como una hormiga en un segundo plano. Ahora, aspira a ser alcaldesa de su ciudad. El paseo culmina en el parque de Versalles.

-¿Hacia dónde vas?

-Bajo a Avilés.

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