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Un año del "buque fantasma"

El Puerto quiere "mover ficha" con el barco ruso "Severnaya", retenido en los muelles desde mayo de 2018

Tripulantes del barco ruso retenido desde hace un año en el puerto de Avilés, en el muelle de Valliniello. M. VILLAMUZA

El futuro de la embarcación "Severnaya Zemlya" pinta negro: la consignataria del buque, de bandera rusa y retenido en Avilés desde el 23 de mayo de 2018 en cumplimiento de una orden de embargo por impagos, ha abandonado el proceso. El Puerto de Avilés gestiona ahora las novedades con el armador, que tiene hasta finales de mes para alegar lo que considere oportuno al expediente de abandono abierto hace días. "Pasado este plazo, y suponiendo que no se presenten alegaciones, el Consejo de administración del Puerto tiene que decretar el abandono del buque y luego se iniciará el proceso de venta o subasta del mismo", explicó Rodríguez Vega, que destacó las deudas del armador con el Puerto.

"Ya tenemos que mover ficha. Llevamos esperando un tiempo prudencial a que el armador del barco decida qué hacer. Esto nace por un embargo de 200.000 dólares y ahora ya debe más al Puerto que ese dinero", aseveró Rodríguez Vega. El barco debería pagar unos 1.000 euros por cada día que lleva amarrado, lo que ya suma unos 360.000 euros

Capitanía Marítima

El buque llegó a Avilés el 18 de mayo con 19 tripulantes rusos (a día de hoy sigue tripulado, aunque los marineros no son los mismos que llegaron a Avilés hace un año) y cargado con 15.000 toneladas de carbón. Capitanía Marítima recibió la orden de retención cinco después de que arribase a puerto procedente de Riga (Letonia). El barco permanece atracado en el muelle de Valliniello si bien debe moverse cada poco por cuestiones de operatividad portuaria.

Luz Baz, inspectora de buques mercantes de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, destacó ayer que la tripulación continúa cobrando según sus contratos y recibiendo dinero para comprar alimentos. "No se han vuelto a poner en contacto con nosotros", señaló. Baz visitó a la tripulación cuando se cumplieron cuatro meses del buque en el Puerto de Avilés. Entonces advirtió de "restricciones". Y es que aunque la Autoridad Portuaria siempre colabora con estos casos, este barco no tiene posibilidad de toma de tierra por cuestiones técnicas.

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