Julia VALLE

Asalto en un piso del centro de Avilés a plena luz del día. Unos cacos robaron ayer joyas, un abrigo de visón y bolsos en un piso del número 17 de la calle de El Quirinal aprovechando que sus inquilinos, un matrimonio de avanzada edad, se encontraba disfrutando de la tarde en la playa de Salinas (Castrillón). Los ladrones destrozaron la puerta para acceder a la vivienda pero no causaron daños en el interior. Las víctimas del robo sospechan que los asaltantes conocían la vivienda. "Fueron a sitios concretos, a armarios y cajones de alguna habitación. No había nada revuelto en ninguna otra zona de la casa. Es lo que más nos sorprende", apuntaron los afectados, aún con el susto en el cuerpo.

El matrimonio, octogenario, abandonó el domicilio sobre las dos y media para disfrutar de una tarde de playa en Salinas junto a una de sus tres hijas. Unas horas después recibieron una llamada telefónica alertando de que su casa había sido asaltada. Cuando regresaron, se encontraron con la Policía y con la puerta de su hogar completamente destrozada.

Los encargados en dar la voz de alarma a las fuerzas de seguridad fueron unos obreros que estaban trabajando en el edificio instalando unas chimeneas. "Subieron porque querían hablar con los vecinos del séptimo. Al llegar se encontraron la puerta de la casa abierta y totalmente destrozada. La luz estaba encendida", explicó Belén Rodríguez, una de las hijas del matrimonio. Y añadió: "No es solo el valor económico de las joyas, es el valor sentimental. Mi madre ya había pensado qué iba a darnos a cada una de nosotras como herencia. Tenía recuerdos de un hermano que falleció. Se le va parte de su vida", prosiguió.

La mujer, de 79 años, estaba muy afectada por lo ocurrido y aún con el susto en el cuerpo. "Fue horrible llegar y ver toda la puerta rota y a toda la policía. Nos impresionó mucho y aún estamos asimilando lo ocurrido", señaló su hija.

Agentes de la Policía Nacional recabaron pruebas en el lugar del robo y las víctimas irán hoy a presentar la correspondiente denuncia. "Hoy (por ayer) no tenemos fuerzas de hacer nada más, estamos muy nerviosos", añadió Rodríguez. Los vecinos de la vivienda de enfrente no pudieron aportar pistas. No se encontraban en casa en el momento del asalto.

En los bares y tiendas cercanas al edificio no saltó tampoco ninguna alarma hasta la llegada de la Policía Nacional. Fue entonces cuando se produjo el revuelo en el barrio del Quirinal.