El detenido por la muerte a puñaladas de la transexual brasileña Paloma Barreto, un hombre de la misma nacionalidad que responde al nombre de Lis en distintos foros de internet donde se anuncia como travesti y dice tener 19 años, negó ayer ser el autor del macabro crimen ante los agentes de la Policía Nacional que le tomaron declaración en la Comisaría de Avilés. Únicamente reconoció que ejerce la prostitución. Presentaba varios arañazos y un mordisco, según fuentes próximas a la investigación. Hoy pasará a disposición del juzgado de guardia de Avilés, el número 2, en manos del magistrado Ricardo Badás, que ha decretado el secreto de sumario. Ya tiene letrada de oficio.

Lis y Paloma Barreto tenían vidas casi paralelas. Ambos se dedicaban a la prostitución, como así lo atestiguan sus ofertas sexuales en la red. Ella era una mujer transexual -su nombre de pila, Everton Supriano de Macedo- y él es travesti (varón que se viste de mujer). Llegaron a España desde el mismo estado brasileño y eran amigos que compartían noches de cócteles entre risas. Según el entorno de la víctima, Lis y Barreto estaban juntos en Avilés el pasado viernes. Según información a la que ha tenido acceso este diario, el brasileño tenía alquilada una habitación en el mismo piso de citas de la calle de La Cámara donde la transexual fue hallada muerta el sábado a las cuatro de la tarde por una limpiadora. Los policías confirmaron que llevaba muerta más de un día.

La última vez que un amigo contactó con Paloma Barreto fue el viernes, a las once de la mañana. "Estaba bien", reconoció ayer a este diario. Poco antes, ella colgaba en su Facebook personal -donde respondía al nombre de Sara Fernández- un "meme" con el siguiente mensaje: "Yo, después de sacar a la gente negativa de mi vida". A mediodía subió un vídeo de perros, porque Barreto adoraba los animales. Fue el último.

La mujer que acudía al piso de citas a realizar labores de limpieza se encontró con una escena dantesca el sábado a primera hora de la tarde: una persona apuñalada, tirada en el suelo sobre un charco de sangre. Pronto comenzó la investigación policial y hasta Avilés se desplazaron agentes de la Policía Científica de Gijón y Oviedo. Este equipo aún continuaba ayer recabando pruebas en el séptimo piso izquierda del número 62 de la calle La Cámara.

El travesti fue detenido en León el domingo alrededor de las cinco de la tarde y trasladado de inmediato a dependencias policiales, a la comisaría de Río San Martín de Avilés. Presentaba heridas recientes, concretamente arañazos y un mordisco, según fuentes ligadas a la investigación. Tras pasar la noche en el calabozo, prestó declaración ante los agentes de la Policía Nacional ayer por la mañana. Negó cualquier relación con el brutal crimen.

Sí reconoció que ejercía la prostitución, según fuentes próximas al caso. Lis se anuncia en portales web para captar clientes. En una de estas páginas, una de las guías de "escorts" (prostitutas de lujo) mejor valoradas, los anuncios de Paloma Barreto y Lis están seguidos, uno detrás de otro. La víctima ofrecía sus servicios en Avilés el día de la agresión. El detenido, también.

Exhaustiva investigación en el lugar del apuñalamiento

Un equipo de la Policía Científica continuaba ayer por la tarde, 48 horas después de haber hallado el cuerpo sin vida de Paloma Barreto, recabando pruebas en el piso donde supuestamente se produjeron los hechos, el séptimo izquierda del número 62 de la calle de La Cámara.

La Policía Científica es la que presta los servicios de criminalística, identificación, analítica e investigación técnica y elabora los informes periciales encomendados. Según ha podido saber este diario, los agentes hallaron en el piso "pistas" que les llevaron a la detención de un hombre en León, el mismo que esta mañana se espera que pase a disposición judicial (podría aún postergarse). Los conocidos de Paloma Barreto claman justicia y sus familiares en Brasil escriben constantes muestras de pesar en las redes sociales.

En Delegación de Gobierno, desconocían ayer quién se va a hacer cargo del cadáver. Paloma Barreto tenía 38 años y era natural de Brasil. Había fijado su residencia en Alicante y se movía por todo el país usando el "sistema de plazas", como llaman las trabajadoras sexuales al alquiler de habitaciones para ofrecer sus servicios. En Avilés, algunos vecinos con negocios próximos al piso donde ocurrieron los hechos dicen haberla visto antes. "A veces venía a comprar bocadillos", aseguró ayer un hostelero.