Cuatro de los cinco jabatos que desde hace semanas deambulaban por Salinas -al quinto se le ha perdido el rastro- fueron trasladados en las últimas horas a un lugar "seguro y secreto" tras las trabas administrativas que impidieron que el Fapas (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) se los llevara el jueves a Teverga. Los voluntarios de la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel), que colabora con el Ayuntamiento, recibieron en depósito a los cuatro jabatos, se hicieron cargo de ellos el miércoles y los confinaron en una finca privada en Salinas. El jueves al atardecer los reubicaron en un lugar en el que, según afirman, "están tranquilos y atendidos". El concejal de Medio Ambiente, Iván López (PSOE), dijo ayer por la tarde que no tenía conocimiento del traslado.

El jueves por la mañana, en pleno operativo de Anadel y el Fapas para trasladar a los jabatos a una finca de Teverga, llegó un comunicado de la dirección general de Medio Rural del Principado exigiendo el cumplimiento de varios trámites para autorizar el traslado (realización de una cuarentena en una finca cerrada y prohibición de reintroducirlos en la naturaleza). El presidente del Fapas, Roberto Hartasánchez, y la de Anadel, Elena López, suspendieron el plan a la espera de buscar una solución que cumpliera las exigencias del Principado y evitara "una muerte segura" de los suidos.

Los jabatos deambularon por Salinas casi dos meses con el beneplácito de unos vecinos y las críticas de otros, ya que sus lugares preferidos eran el parque de La Deva y el pinar, por donde correteaban sin importarles la presencia humana. "Se acercaban tranquilamente si les dábamos comida", señaló Sergio Gutiérrez.

Hasta el lunes, la camada estaba compuesta por cinco animales, pero desde ese día sólo se vieron cuatro, que son los que pastorean desde el miércoles los voluntarios de Anadel. Precisamente la desaparición de un jabato, que al día de hoy no se sabe si está vivo o muerto, aceleró la decisión de Anadel de llevar a los animales a un lugar seguro. El deambular de la manada comenzó cuando supuestamente su madre fue abatida de un disparo; sus restos aparecieron semanas después en una finca de Raíces.