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SILVIA ARGÜELLES ROBLES | Presidenta de Amigos del País

"La sociedad civil es la que debe mandar señales para desencallar el atasco político que sufrimos"

"Amigos del País aspira a ser un espacio abierto y sosegado para canalizar ideas que promuevan valores positivos para la comarca"

Silvia Argüelles, ayer, en Sabugo. RICARDO SOLÍS

La flamante presidenta de la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca, Silvia Argüelles Robles (Avilés, 1985), confiesa que le atraen los retos que puedan ayudarla a "crecer como persona y profesional" y por eso es fácil deducir que no debió costar mucho convencerla de que debía optar a ser la cabeza visible de la institución cuando el anterior presidente, Antonio Sabino García, dimitió. Abogada "vocacional", según afirma, y concejala de Ciudadanos por Castrillón (donde reside) en el anterior mandato, ahora Argüelles repartirá sus energías entre el Derecho y la gestión de las actividades de Amigos del País, una asociación entre cuyos miembros predominan las canas y a la que la juventud de la nueva presidenta le insufla una bocanada de aire fresco.

- ¿Cuándo y cómo se produjo su entrada en la Sociedad Económica de Amigos del País?

-Hace algo más de un año, un compañero me rondó para que fuera alguna de las tertulias que organiza la entidad... Acepté y tuve ocasión de conocer por dentro la institución; la verdad es que me encontré muy a gusto, en un ambiente muy interesante que me enganchó. Por eso me asocié.

- Posiblemente sea usted la socia más joven de la entidad.

-Pues creo que sí, que lo soy.

- Un soplo de aire fresco en una venerable y más que centenaria institución...

-Yo no veo negativo ni el hecho de que yo sea la más joven ni que la mayoría de los socios peine canas. Los jóvenes debemos reivindicar espacios de representatividad, pero no a costa de desalojar de ellos a nadie. La veteranía es un activo que no debemos desperdiciar; al contrario, sirve para enriquecer a quienes aún vamos andando el camino. En suma, creo en la compatibilidad generacional y aspiro a que, durante mi mandato, mucha más gente joven -o mayor- se incorpore a Amigos del País.

- ¿Le pilló por sorpresa su designación para la presidencia? ¿Tuvieron que endulzarle mucho la propuesta para que aceptara?

-Sorpresa sí que me produjo, más que nada por el poco tiempo que llevaba asociada. Pero, una vez que me lo propusieron no hubo que convencerme... Veo este cargo como una oportunidad de nutrirme de experiencia porque con la edad que tengo soy todo presente y he de construir mi futuro; también lo enfoco como un reto que espero me deje un buen sabor de boca . En definitiva, acepté la presidencia con una mezcla de satisfacción y sentido de la responsabilidad para no defraudar las expectativas.

- En plena crisis, o eso dicen, de los movimientos asociativos ciudadanos, ¿qué papel cree usted que puede desempeñar una entidad como Amigos del País para el provecho del territorio que le da nombre?

-Empezando por mi elección, me parece un guiño a segmentos de población que podrían pensar que esto no es para ellos. Y a más altas miras, la Sociedad aspira a ser un espacio abierto y sosegado al tratamiento de la actualidad con mentalidad de canalizar ideas que sirvan para transformar, promocionar o promover valores positivos en la comarca. Quiero pensar que somos un vehículo de transmisión que da voz a los expertos y a la sociedad civil huyendo de los debates exaltados que, desgraciadamente, imperan en otros ámbitos.

- ¿Son malos tiempos para el movimiento asociativo ciudadano?

-Sí que hay una desafección hacia este tipo de entidades que resultó agravada con la crisis económica y existe una lamentable tendencia a poner en tela de juicio lo bueno que pueden hacer las organizaciones cívicas. El reto es tratar de romper esa inercia, hacer ver a la gente que no basta con quedarse en el pataleo y la resignación, que si se quieren cambiar las cosas que no nos gustan es necesario ir más allá, por ejemplo participando en entidades civiles.

- Respecto a su condición de mujer y el hecho de que sea la primera que preside la Sociedad Económica de Avilés, ¿qué cree que tal cosa indica?, ¿puede ser señal de que ciertas cosas están cambiando?

-Algo está cambiando, por supuesto, y tiene que ver con que la sociedad actual no es la misma en la que vivieron mis abuelas o incluso mi madre. Empieza a haber, afortunadamente, presencia de las mujeres en ciertos ámbitos sociales -entre otros- donde antes no tenían lugar.

- ¿Cómo concibe usted el proceso de empoderamiento femenino?

-Una mujer se empodera en cuatro fases: tomando conciencia de su valor, siendo valiente, reivindicando su espacio y asumiendo las responsabilidades inherentes a la posición que aspira a ocupar. Lo que no comparto es la corriente de opinión que promueve que el empoderamiento tenga que venir desde afuera, no creo en los espacios cedidos sino en los que se conquistan.

- De su paso por la política, ¿qué poso le ha quedado?

-Me aportó valiosas experiencias para mi enriquecimiento personal, aunque hubo luces y sombras. De lo positivo me quedo con la sensación de utilidad y el reconocimiento que me brindó de gente a la que no conocía de nada; en cuanto a lo negativo, me duele la desafección que existe hacia esa actividad y la alta crispación existente en todos los parlamentos, algo que, sinceramente, no creo que guarde relación con la realidad de la calle. Por eso me ratifico en la necesidad de que haya un impulso desde la sociedad civil para desencallar el atasco político, debemos mandar señales a los políticos de que reconsideren su actitud. Podría decirse que es hora de un empoderamiento de la sociedad civil.

- Tiene un mandato por delante, ¿cuáles son sus planes a corto plazo?

-Este mismo mes, organizaremos un debate sobre la cooficialidad del asturiano; en noviembre haremos la primera edición de la Cena científica, una actividad en la que se hablará de alimentación saludable en relación al cáncer; y en diciembre, homenajearemos a un socio veterano en nuestro encuentro navideño.

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