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El cañón de Avilés pasará a ser una zona marina con gran protección en tres años

La nueva calificación llegará tras un intenso estudio sobre los hábitats más vulnerables del área y el impacto que tienen las pesquerías

Equipo usado para inspeccionar los fondos del cañón de Avilés.

El plan de gestión del sistema de cañones submarinos de Avilés ya tiene fecha: 2022. Entonces está previsto que salga adelante un documento que tiene por objeto garantizar la conservación de los valores ambientales de esta gran zona con un mínimo efecto sobre las actividades socioeconómicas. No solo eso: también busca potenciar este ecosistema profundo "mediante un método responsable y de valor añadido", según explica Francisco Sánchez, investigador del Centro Oceanográfico de Santander y responsable del proyecto Indemares-Avilés, que en los últimos años ha liderado cinco campañas en los cañones avilesinos.

Ahora toda la información disponible sobre este ecosistema, obtenida durante el proyecto Indemares, está siendo analizada por el mayor proyecto de conservación marina de Europa llamado Intermares. "En este proyecto estamos haciendo un gran esfuerzo de análisis para identificar y cartografiar la presencia de los hábitats vulnerables y al mismo tiempo realizando nuevas campañas para conocer el posible impacto de determinadas pesquerías que pueden solaparse espacialmente con las especies a proteger", explica Sánchez.

El objetivo final es asesorar al Ministerio para la Transición Ecológica, que es el órgano gestor con competencias en el sistema de cañones de Avilés, para que, mediante un proceso participativo de unos cuatro años, se pueda establecer el plan de gestión que favorezca la conservación de este patrimonio natural sin perjudicar, al mismo tiempo, a la flota.

La alta productividad biológica asociada al sistema de cañones es responsable de la existencia de una abundante y variada flota pesquera en la zona. En la plataforma continental y comienzo del talud habitan multitud de especies de interés comercial que son objetivo de la flota, como la merluza, la bacaladilla, los rapes, los gallos, la cigala, el jurel, la caballa y la brótola de fango, entre otras muchas. Existen actualmente unos 280 barcos asturianos que faenan con las diversas modalidades de arrastre, palangre, enmalle, cerco y otras artes menores, según los investigadores.

La zona está sometida, precisan, a numerosas normativas de gestión espacial (vedas), por lo que la numerosa flota pesquera compite por un reducido espacio debido a que la plataforma continental es muy estrecha. La flota de arrastre opera principalmente en los fondos sedimentarios de la plataforma externa, mientras que la flota artesanal, más selectiva, se concentra sobre afloramientos rocosos de la plataforma y en los fondos de gran pendiente del talud continental.

"Una vez discutidas y aprobadas las medidas de gestión, consensuadas con todos los sectores afectados, que van de cofradías de pescadores, responsables turísticos u ONGs, se publicará en el BOE este Plan, calculo que sobre el año 2022, y el extraordinario sistema de cañones submarinos de Avilés pasará a formar parte de la red de Áreas Marinas Protegidas de Natura 2000 con el calificativo de Zona Especial de Conservación (ZEC)", estima Francisco Sánchez, que agrega al respecto: "Nos esperan unos años muy interesantes y prometedores para consolidar la Red de Áreas Marinas Protegidas, que serán una de las herramientas de gestión mas útiles".

Actualmente este sistema de cañones submarinos de Avilés incluye tres cañones -Avilés, El Corbiro y La Gaviera-, una plataforma margina -el Canto Nuevo- y un enrome afloramiento rocoso (el Agudo de Fuera). A día de hoy, forma parte de la Red Natura 2000 con la calificación de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), ya que en él se han identificado la presencia de hábitats y especies contempladas en las directivas europeas de protección y que España, como estado miembro de la Unión Europa, debe proteger.

En relación al sistema de cañones, el cañón de Avilés comienza a 128 metros de profundidad y tiene aproximadamente 75 kilómetros de longitud, con un perfil en forma de V y un fondo fundamentalmente sedimentario. En su cabecera presenta tres cambios bruscos de dirección (cuyo origen es la falla de Ventaniella) y su desembocadura, a 4.700 metros, es común para los tres cañones presentes en la zona. El cañón de El Corbiro tiene 23 kilómetros de longitud y perfil en V, con fondo sedimentario, mientras que el cañón de La Gaviera es de perfil en forma de U, con uno de los flancos sedimentario y otro más rocoso, actuando como un cañón colgado, y en su eje existen varios escarpes rocosos.

En este espacio, los científicos han llado más de 20 especies desconocidas. La fosa marina es, pues, un "ecosistema irrepetible" con 1.380 variedades animales catalogadas, como corales, esponjas y tiburones de profundidad. El profundo valle marino oculta también una importante cantidad de mamíferos, como el delfín mular, las marsopas, la tonina, el delfín común y el listado, el calderón común, los zifios y el cachalote pigmeo. También los grandes cetáceos tienen cabida, como el rorcual común e incluso los cachalotes. Esas son las principales credenciales de un cañón ya protegido a nivel europeo. Las aves tienen también presencia en la superficie del cañón, con especies como el alcatraz, el colimbo, el arao común, el frailecillo y la pardela.

La última campaña oceanográfica que ha explorado los fondos marinos del sistema de cañones de Avilés se realizó el pasado mes de agosto y ha permitido avanzar en el conocimiento de los efectos de la red de enmalle, arte de pesca que se utiliza para capturar especies como el rape. Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) estudiaron concretamente el estado ambiental del fondo marino y las especies que habitan en esta zona antes y después de las interacciones de esta técnica de pesca en una franja de unos dos kilómetros, según explican a través del proyecto Intermares.

En esta ocasión participó en la expedición un barco de pesca profesional de la flota asturiana, gracias a la colaboración con la Federación de Cofradías de Pescadores del Principado de Asturias. Durante la campaña se hizo un seguimiento de los movimientos del aparejo de pesca mediante la colocación de balizas, de las que se obtenía su posición cada minuto. Esta información, que se analizó en detalle, permitió estimar la zona afectada y el desplazamiento del aparejo al ser virado. Al conocer la posición exacta del aparejo, los investigadores pudieron utilizar un vehículo submarino operado en remoto para evaluar en directo cómo el arte trabajaba en el fondo y qué especies quedaban atrapadas. Gracias a las imágenes obtenidas por este robot submarino, los científicos observaron que las redes estaban apoyadas, o prácticamente apoyadas, en el fondo en diversos tramos. Entre las especies que quedaron atrapadas en el aparejo se pudieron observar, pez de San Pedro, rayas, erizos, gallinetas y el crinoideo Leptometra Céltica, un invertebrado muy abundante en la zona. Los resultados obtenidos en esta campaña se estudiarán en profundidad en los próximos meses y servirán para elaborar el futuro plan de gestión de este espacio marino de la Red Natura 2000.

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