"Eduardo Manso se fue sin despedirse". Manso coordinó el Salón del Automóvil durante una década, la que va de la primera edición a la que ayer se despidió con "buen número de contactos para comprar vehículos, aunque con una cierta caída de público", valoró Heriberto Menéndez, el coordinador de la Cámara de Comercio, que también sirvió como maestro de ceremonias de un homenaje en memoria de un hombre inquieto. "Allá donde estés, sabemos que ya tienes apalabrado un evento. Prepáralo todo para cuando lleguemos", subrayó Menéndez.

Manso "se fue sin despedirse" hace pocas semanas, pero su muerte continuó ayer causando congoja a todos los que le conocieron. "Esto no es un acto institucional, esto es un acto entre amigos", recalcó Menéndez, que cedió la palabra a Luis Esteban, el presidente de la comisión de ferias del ente cameral, y también a Jesús Rubín, del club de Networking ABC, a cuya junta directiva también pertenecía Manso.

Su viuda, Eva Tessier, y sus dos hijos, Eduardo y Lucía, recibieron sendas placas conmemorativas y también las palabras de los amigos que llenaron uno de los salones de actos del pabellón de La Magdalena.

"Está claro que se nos ha ido una excelente persona", apuntó Menéndez tras el pase de un bucle de fotos del promotor comercial en su escenario predilecto de Avilés: en un pabellón ferial lleno hasta la bandera con vehículos de todas las clases; entre ellos, los coches clásicos que conforman la exposición que lleva ahora su nombre. Las palabras dieron lugar a los aplausos.