Un inspector de la Agencia Tributaria señaló ayer que la madre de los hermanos Miguel Ángel y Elena Villalba "no supo explicar" el origen del incremento de ingresos (casi 200.000 euros) en una de sus cuentas bancarias a partir del año 2009, es decir, el período inmediatamente anterior al estallido del caso del agua, el que se juzga en Oviedo para desentrañar dos cuestiones: por un lado, la legalidad de los pliegos de condiciones de las piscinas de Las Vegas (Corvera) y, por otro, la veracidad de las facturas emitidas por la empresa Ariel CB -vinculada al exconcejal avilesino Miguel Ángel Villalba.

El investigador fiscal señaló que, cuando detectaron los ingresos extraordinarios en su cuenta (procedentes de supuestas obras realizadas por Ariel CB), la llamaron a declarar. "Primero no sabía de dónde venían, después vino con un abogado y, al final, apuntó que venían de obras", dijo el testigo.

Hacienda siguió la pista de la madre de los Villalba "porque a priori la ingente cantidad de dinero que entraba en su cuenta no se correspondía con los ingresos de su negocio", añadió el inspector. La madre de los Villalba, encausada en el caso del agua, es propietaria de unas cafeterías en Gijón. "Lo que andábamos buscando es que regularizase sus impuestos: luego fue otra cosa", dijo. El inspector también cargó contra los movimientos contables de Ariel CB (que fue la empresa de las obras que encendió la mecha del caso del agua). "La empresa no tenía domicilio, ni siquiera un ladrillo", destacó el inspector. El aparejador de Corvera también declaró ayer. Dijo no haber sufrido presiones para informar sobre los pliegos de condiciones.