"El árbitro no desalojó el pabellón, fue una decisión de los entrenadores". Así explica Fermín González, el presidente del Comité Técnico de Árbitros de Asturias, el incidente del sábado en La Magdalena, cuando tras mostrar una cartulina negra el colegiado de un partido de baloncesto de cadetes entre la Atlética y el Laviana el duelo terminó por jugarse a puerta cerrada.

El dirigente habla sobre la utilidad de la tarjeta negra, una herramienta instaurada por el Principado en 2016 para sancionar a los espectadores de un partido en deporte base. "Cuando se saca una tarjeta negra, es un aviso. Si se sacan dos, se suspende el partido. Se tomó la decisión de desalojar y el partido terminó sin incidentes", cuenta González.

El árbitro mostró la cartulina negra justo después de resbalar y de caerse al suelo provocando la hilaridad en la grada. Si bien, eso solo habría sido la gota que colmó el vaso puesto que anteriormente habría habido insultos desde la grada y enfrentamientos entre las dos aficiones.

La Atlética, que ayer evitó pronunciarse sobre el contenido de los hechos, emitió ayer otro largo comunicado. En el mismo defendió a los padres de los jugadores que estaban presentes y se refirió a una aficionada visitante, que habría sido la que desencadenó la polémica y con la que ya en el pasado el equipo tuvo más problemas.

En cualquier caso, desde el Comité de Árbitros huyen de hacer juicios de valor y finalizan el asunto ensalzando la labor de los dos clubes. "Tanto la Atlética como Laviana tuvieron una actitud ejemplar", zanja González.