La sede de la asociación vecinal "El Marapico" de Villalegre ha vuelto a sufrir otro acto de vandalismo y es el segundo en lo que va de mes. Si hace quince días el local fue incendiado de manera intencionada, durante la madrugada del sábado al domingo los supuestos cacos intentaron entrar a la sede, forzaron la puerta de acceso y también la ventana, pero no consiguieron acceder al interior.

La presidenta vecinal, Patricia Leyva, denunció los hechos ante la Policía Nacional después de que los agentes tomaran las huellas pertinentes en la zona para intentar dar con el paradero de las personas que intentaron entrar al local vecinal de madrugada.

La dirigente vecinal destacó ayer que en el último año ha presentado catorce denuncias ante la Policía Nacional. La mayor parte de ellas son denuncias relacionadas con la suplantación de su identidad en las redes sociales, algo que lleva ocurriendo desde hace más de un año y todavía en octubre volvió a ocurrir a través de la red social Instagram. "Solo por cuestiones relacionadas con el local, esta será la tercera denuncia que presento", señaló Patricia Leyva, que empieza a estar harta de sufrir amenazas y mensajes intimidatorios continuados, como las que precedieron al incendio del local vecinal de hace un par de semanas.

Según el relato de la presidenta vecinal, varios residentes que habitan en las inmediaciones del local vecinal sintieron una serie de golpes sobre las 03.30 horas. "Intentaron entrar pero no pudieron hacerlo", recalcó Leyva.

Sobre la suplantación de su identidad en las redes sociales, Patricia Leyva denunció ante la Policía Nacional una de las veces que la persona que maneja su perfil falso en Instagram "se dedicó a dar el teléfono de la asociación, difama y miente". El acoso que soporta tanto la presidenta de la asociación "El Marapico" como el local vecinal de Villalegre con actos vandálicos y un incendio solo este mes pueden estar relacionados con un caso en el que tres profesores del colegio público de Villalegre recibieron mensajes similares a los que llegan a Patricia Leyva y su identidad también fue suplantada en redes sociales.