La incomparecencia del testigo Fabián Ariel Tapia Ramírez, cuyo testimonio creen "crucial" las acusaciones para arrojar luz sobre el llamado "caso del agua de Corvera", que se juzga estos días en Oviedo, e incluso la imposibilidad de que declare por videoconferencia desde Chile, donde se halla, ha trastocado los planes de la Fiscalía, que ayer interesó la suspensión del juicio hasta obtener garantías de poder tomar declaración a dicho testigo. La juez, no obstante, rechazó esa petición en la consideración de que no concurren ni las circunstancias ni los debidos presupuestos.

Así las cosas, el juicio seguirá adelante sin posibilidad de interrogar a una persona en cuyo testimonio la Fiscalía esperaba poder apoyar los cargos que se imputan a varios de los encausados en el procedimiento que juzga a once acusados, que afrontan penas de hasta siete años de cárcel, bien en calidad de autores, bien como cooperadores necesarios, en los delitos de prevaricación administrativa, cohecho y falsedad en documento mercantil por las presuntas irregularidades en la adjudicación y construcción de las piscinas de Corvera.

Fabián Ariel Tapia Ramírez es el administrador de la empresa Ariel Comunidad de Bienes, de la que supuestamente se sirvió el exconcejal de ASIA en Avilés Miguel Ángel Villalba para facturar a la empresa gestora de las piscinas de Las Vegas obras realizadas por valor casi de 400.000 euros y el canon por la gestión del bar de las piscinas corveranas de 5.900 euros mensuales, cantidades que iban a parar a cuentas a nombre de la madre y otros familiares del fundador de ASIA que también están imputados en la causa.

La sesión del juicio programada para ayer no tuvo contenido al renunciar la defensa de Villalba, con disculpas incluidas a la sala, a la comparecencia del testigo que había propuesto.