El empresario y en su día concejal y líder de la Agrupación Social Independiente de Avilés (ASIA), Antonio Sabino García González, declaró ayer como testigo en el llamado "juicio del agua", un procedimiento iniciado hace siete años para depurar las responsabilidades por las presuntas irregularidades cometidas en la privatización de las piscinas de Corvera. Las preguntas formuladas al exportavoz municipal pretendían arrojar luz sobre la forma de financiación del partido, por si la misma estuviera vinculada a dinero cobrado ilícitamente por Miguel Ángel Villalba, uno de los once acusados que se sientan en el banquillo y que en su día presidió la formación política. "No tengo ni idea de cómo se financiaba el partido; yo no intervenía en cuestiones internas, solo era concejal y portavoz", declaró el testigo.

La insistencia de los abogados llevó a Antonio Sabino García González a manifestar su presunción -que no conocimiento fehaciente- de que una de las vías de financiación de ASIA era "la organización de meriendas, subastas y cosas de ese tipo". Y en un momento dado admitió que fue avalista de un crédito personal que solicitó Miguel Ángel Villalba: "En cierto momento, Villalba planteó la posibilidad de pedir un préstamo y yo, junto a otras dos personas, íbamos a hacer de avalistas aunque a la hora de la verdad me quedé yo solo. Luego se produjeron impagos y el banco me reclamó a mí la devolución, entró en escena una empresa de riesgos y, finalmente, pagué 2.000 euros para zanjar el asunto. Si ese dinero del crédito se destinó al partido, cosa que supongo aunque desconozco, toda mi aportación fue esa : 2.000 euros".

Preguntado por cómo se gestó el apoyo de ASIA a la privatización del servicio municipal de aguas de Avilés, el empresario negó expresamente que hubiera participado o tenido conocimiento de reuniones de ningún tipo, más allá de las institucionales, en las que se hubiera intentado presionar a los ediles de ASIA para votar en un sentido u otro. Sí que admitió haber tomado un café con "un conocido mío vinculado a la empresa gestora del agua de Oviedo" y explicó que lo hizo "para preguntarle cosas de cómo funcionaba un gestor privado del servicio de aguas".

En cuanto al motivo por el que ASIA votó a favor de la privatización, el entonces líder de la formación declaró ante la juez que "fue una decisión tomada por unanimidad y lo que nos convenció de hacerlo fue el hecho de que la red pública de aguas estaba en bastante mal estado y requería unas inversiones a las que el Ayuntamiento no podía hacer frente".

La jornada testifical continuó con la toma de declaración a otros cinco testigos, todos ellos con perfiles técnicos y responsabilidades organizativas o económicas en la piscina de Corvera o en Aquagest, la empresa gestora de la misma. Sus testimonios redundaron en cuestiones que ya expusieron días atrás otros testigos y acusados: la construcción de una cafetería en la piscina corverana fue una imposición del Ayuntamiento, pues el plan inicial era aprovechar ese espacio como sala de máquinas de ejercicio físico; que dicha cafetería era ruinosa (perdía unos 30.000 euros al año); y que la contratación de la empresa de construcción de Villalba por parte de la adjudicataria de la piscina se produjo no solo en Corvera sino también en otros concejos asturianos donde la mercantil tiene intereses.