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Carreño ofrecerá otra finca, "en un lugar que no moleste", para la perrera de la comarca

La alcaldesa, Amelia Fernández, descarta abandonar el consorcio del albergue: "Los problemas no se afrontan huyendo, sino defendiendo la legalidad"

Vecinos de Tamón, en una reunión para frenar la construcción del albergue en la parroquia carreñense. JULIÁN RUS

El Ayuntamiento de Carreño ofrecerá un terreno alternativo, "en un lugar que no moleste al vecindario", para la construcción del Albergue y Refugio de Animales (ARA) consorciado. Así lo aseguró ayer la alcaldesa, Amelia Fernández (PSOE), quien comparte el rechazo de los vecinos de Tamón a que la perrera acabe instalándose en esta parroquia. "La finca propuesta no cumple", advirtió la regidora carreñense, cuyo equipo ya ha alegado contra esa elección. Lo que no comparte la primera edil es la posibilidad de que el concejo abandone el consorcio, tal y como propone la oposición. "Los problemas no se afrontan huyendo de los órganos de decisión, sino defendiendo en ellos la legalidad e interés vecinal", zanjó.

La finca elegida para la construcción del ARA fue propuesta por la Fundación Protectora de Animales del Principado de Asturias, sus propietarios. La entidad ya había intentando construir en ese lugar un albergue de animales, pero el rechazo vecinal, unido a la negativa del Ayuntamiento a recalificar los terrenos para permitir esta actividad, acabaron por tumbar el proyecto. Este es, precisamente, el argumento al que se agarran ahora los vecinos y el Consistorio para rechazar el proyecto del ARA: si no era viable la perrera de la protectora hace dos años, tampoco puede serlo ahora la del consorcio.

Por el momento, Carreño ha alegado contra la elección del órgano de elección del consorcio. Si los reparos puestos al proceso cayesen en saco roto, el gobierno local se guarda un as en la manga. Incluso dos. El primero sería, tal y como confirma Fernández, proponer un nuevo terreno. "De ser Carreño el municipio elegido para ubicarla, hay parcelas que cumplirían y no generan molestias al vecindario", asegura la Regidora, que afirma tener localizados emplazamientos propicios para la construcción del albergue que prefiere no revelar.

La otra opción que tiene Carreño para evitar la instalación de la perrera en Tamón pasa por el salón de plenos. La finca de La Tabla está calificada como suelo no urbanizable. De no recalificarse el terreno, no habría encaje legal para la construcción de la perrera.

La oposición baraja, incluso, un tercer escenario: abandonar el consorcio. Una de las condiciones en la elección de la finca para el albergue es que se encuentre en suelo de algunos de los concejos que integran la entidad supramunicipal. PP, IU y Somos-Podemos creen que si se abandona la agrupación supramunicipal cortarían automáticamente el proceso.

Si bien, el PSOE de Carreño no baraja esta posibilidad. "Salir del consorcio llevaría al concejo a dos problemas: no se impediría la construcción del albergue en Tamón o en Carreño y el concejo seguiría estando sin un servicio de recogida, guarda y custodia de animales errantes", zanjan desde el gobierno municipal, que prefiere esperar a ver en qué paran sus alegaciones antes de seguir quemando cartuchos para evitar la construcción de la perrera en Tamón.

La finca de La Tabla no dispone de agua ni saneamiento. Para engancharse a la red de suministro, harían falta unos 300 metros de tuberías. Para dotarla de alcantarillado, se deberán tirar, al menos, dos kilómetros de tubería. También requerirá llevar hasta ella la red de telecomunicaciones y de energía eléctrica. Estas obras, cuyo importe ahora mismo se desconoce, correrían a cargo del consorcio. En lo que sí ha obtenido muy buenas puntuaciones la parcela es en el precio al que se ofrece el metro cuadrado de terreno y sus accesos, que a priori no requerirían de grandes desembolsos.

Desde que se conoció que la parcela era la mejor valorada, los vecinos de la parroquia de Tamón mostraron un total y completo rechazo a la construcción del albergue. Más allá de las cuestiones legales y urbanísticas que utilizan como argumento para evitar la instalación, los parroquianos defienden que la perrera estará muy próxima a viviendas y que afectará a la convivencia.

El consorcio está integrado por un total de doce concejos: Avilés, Castrillón, Corvera, Carreño, Gozón, Illas, Soto del Barco, Pravia, Muros de Nalón, Las Regueras, Llanera y Candamo.

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