Alimentos ricos en vitaminas antioxidantes y buscar el equilibrio entre ácidos grasos, proteínas e hidratos. Esa es la clave de una dieta que ayuda a prevenir el cáncer, tal y como explicó ayer el doctor Miguel Pocoví Mieras, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Zaragoza, en la segunda sesión de las jornadas divulgativas sobre alimentación y cáncer que ha organizado la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca. El experto habló antes sobre la importancia de la llegada del maíz desde América en el desarrollo de la región. "Fue un revulsivo para la economía asturiana y para que los campesinos dejasen de pasar hambre", destacó.

Pese a que Pocoví reconoce que todavía no se sabe con exactitud cuáles son los alimentos más adecuados para prevenir el cáncer, sí afirma que hay estudios epidemiológicos que revelan que aquellos que tienen antioxidantes y que no son muy ricos en grasa ayudan a mantenerlo a raya. "Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el tomate, el brócoli o la coliflor", relató.

Varios de estos ingredientes estuvieron presentes en una cena organizada ayer en el Palacio de Ferrera por la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca. Los comensales degustaron, entre otros platos, una brocheta con tomate, sésamo, albahaca y mozzarella, "que lleva tomate, que contiene licopeno, un anticancerígeno"; gazpacho; pulpo, "que tiene proteínas de alta calidad"; bacalao, "también con buena proteína"; o merluza cocinada a baja temperatura, "un tipo de cocción más recomendable, porque su cocinado no emite hidrocarburos cíclicos, como sí sucede con algunos alientos hechos a la plancha, a la brasa o al horno, que son perjudiciales".

Otro de los aspectos que Pocoví advierte que pueden ser perjudiciales para la salud es la ingesta de vitaminas como suplementos. "El selenio o la vitamina E son buenos si los tomas en su estado natural, pero hay estudios de la Sociedad Norteamericana Contra el Cáncer que confirman que su ingesta como suplemento son perjudiciales. Lo mismo ocurre con la fibra dietética", afirmó.

Previo a la cena, el doctor impartió una charla sobre la importancia de la llegada del maíz a Asturias, en el siglo XVII. Afirmó que fue un revulsivo, porque palió el hambre de los campesinos, pero que hizo padecer a muchos de ellos la pelagra, una enfermedad que ayudó a erradicar el bioquímico asturiano Grande Covián, del que Pocoví fue discípulo.