Truyés, Daniel BLANCO

Los rayos han puesto en alerta a los vecinos de Los Balagares, que claman por una solución para evitar desgracias. Los relámpagos han destruido ya dos chimeneas de la urbanización en poco tiempo. Por eso, los residentes creen que el material no es el adecuado. En ninguna situación hubo que lamentar daños personales, pero el temor se ha instalado en la urbanización.

"Estamos un poco preocupados. Es momento de plantear una solución en una reunión de vecinos", comenta Virginia Chica, residente en la avenida de Los Balagares. Hace tres años, una casa próxima a la suya, en el bloque 37, sufrió el impacto de un rayo. La zona, descampada y en altura, cuenta con el hotel Zen Balagares en sus mediaciones. El complejo hotelero dispone de un pararayos, pero no ha sido suficiente para atraer las descargas eléctricas.

En la misma línea que Chica responde Eva Bermúdez, que vive en la calle Rey Favila. "Ya ha pasado en varias ocasiones y puede pasar otra más. Creo que hay que actuar antes de que ocurra algo más grave", afirma. El último caso se produjo hace unos días en la calle Rey Pelayo, cuando un relámpago impactó contra una de las viviendas unifamiliares, que estaba vacía en ese momento. Su opinión es compartida por la mayoría de vecinos, que abogan por tomar alguna medida ante este tipo de tormentas eléctricas en la zona. Dicen que hay que actuar ya.

Además del destrozo de chimeneas, fueron muchos los propietarios que sufrieron las consecuencias de la última tormenta con numerosas averías en sus electrodomésticos particulares. "Fundió ordenadores, televisores, las conexiones a internet... Todo se estropeó, es un gran perjuicio", explica Virginia Chica. Algo que corrobora va Bermúdez, así como unos cuantos vecinos que se quedaron sin televisión e incomunicados, además de temerosos por sufrir consecuencias de mayor índole. Durante estos días, los propietarios han recibido las visitas de técnicos para reparar electrodomésticos, farolas en algunas de las calles de la urbanización e incluso algún telefonillo que resultó quemado por los rayos.