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La historia de Lamela da el salto al teatro

El dramaturgo Julio Béjar estrena en Madrid "8,56", obra en la que narra la historia del malogrado atleta avilesino

Julio Béjar.

La historia de Yago Lamela da el salto al teatro. Los ocho metros y cincuenta y seis centímetros que lanzaron al estrellato mundial al malogrado atleta avilesino han inspirado al dramaturgo almeriense Julio Béjar en su obra "8,56", que narra en 16 actos una historia que guarda relación con la del saltador y que le ha servido para ganar el I certamen "Esos textos ocultos", sólo unos meses después del quinto aniversario del fallecimiento del deportista. La función se estrenó esta semana en el espacio Guindalera de Madrid.

El texto de Béjar cuenta la historia de Lamela -con algún toque extra de dramatismo- desde sus comienzos en los entrenamientos hasta sus éxitos más internacionales: su gran salto de 8,56 que mantuvo durante una década como récord de Europa, sus duelos con el cubano Iván Pedroso, su lesión en el talón de Aquiles, su retirada y su intención de convertirse en piloto de helicópteros.

Todo ello está contado en 16 funciones, que son los mismos pasos que dio Lamela antes de volar y tocar la arena de Maebashi (Japón) en el Mundial de 1999. Sobre las tablas hay cinco personajes: el propio Lamela, su archirival aunque amigo Iván Pedroso, su entrenador -en el libreto no se explica cuál de todos los que tuvo- y otras dos figuras, que representan a la prensa y a la política.

La intención del autor no es sólo contar la historia de éxito de Lamela, sino también su sufrimiento tras la lesión y la cara B de sus éxitos.

Nacido en 1977, Yago Lamela fue el atleta avilesino más internacional. Alcanzó la fama mundial en 1999 en Maebashi, Japón, donde situó el 8,56 metros el Récord de Europa de salto de longitud. Esa marca, que estuvo vigente durante una década, le valió para ganar la plata en los mundiales disputados en la ciudad nipona. El salto sólo fue superado por Iván Pedroso, uno de los grandes de la historia del salto de longitud. Meses después, en Sevilla, en el Mundial al aire libre volvió a subirse al segundo peldaño del podio sólo por detrás del cubano.

La de Lamela tenía todos los ingredientes para ser una historia de éxito como la de Rafa Nadal o Pau Gasol, pero las lesiones truncaron su progresión. En los Juegos Olímpicos de Atenas (Grecia) 2004 compitió mermado por las lesiones y no logró clasificarse para la final. A los de Pekín, en 2008, no llegó por una lesión en el tendón de Aquiles. Se retiró en 2009 y en 2014, ya alejado de los focos mediáticos, fue hallado muerto en su domicilio de Avilés.

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