La Policía Local detuvo ayer a dos personas en una intervención que se podría catalogar de rocambolesca. Los hechos tuvieron lugar a las 11.40 horas, en la calle Pruneda, donde los agentes dieron el alto a un vehículo en un control rutinario. Al comprobar los datos de los dos ocupantes del coche, una pareja, su sorpresa fue mayúscula: tenían que detener a los dos. A él, vecino de Avilés de 42 años, por estar quebrantando una orden de alejamiento sobre ella. Y a ella, avilesina de 35 años, también, por estar infringiendo una orden de alejamiento sobre él. Pero aún hubo más, el conductor también fue denunciado en vía administrativa por conducir con el permiso de conducir caducado, no haber realizado curso alguno después de una privación del permiso de conducir inferior a dos años impuesta por el Juzgado de lo Penal de Avilés y por arrojar un resultado positivo en cocaína según el test indiciario al que fue sometido.

No es el único caso curioso que han atendido los agentes esta semana. En la madrugada del viernes, la Policía Local detuvo a una conductora de 27 años que triplicaba la tasa máxima de alcoholemia cuando circulaba por José Cueto, la calle de la comisaría municipal.