En Avilés hay quien ha visto drones y soñado que eran coches voladores, robots que no eran "replicantes" y técnicas vanguardistas de cine animado. Así ocurrió ayer en la Factoría Cultural. Son cuestiones que algunos no se imaginarían en pleno noviembre de 2019, el tiempo en el que la distopía unió Los Ángeles y Avilés a través de "Blade Runner" con motivo de la Noche Negra. El futuro que vaticinó Ridley Scott en 1982 con su clásico de la ciencia-ficción ya ha llegado y con él, la actividad cultural en miles de formatos, colores y expresiones artísticas. La danza reinó en la Antigua Pescadería al tiempo que los robots actores calentaban sus circuitos en la Factoría. Jaime Barrera y Mónica Alonso crearon su primer filme animado; lo hicieron con fotos. Cosas del futuro. Otros diseñaron escenarios mientras Bruno Gómez, Paula Álvarez y Mateo Pavón se comunicaban con robots a través de un programa informático.
Y todo más acá de "Orión", que es a donde podría dirigirse la imaginación de Lucía Sarille y Sira Fernández mientras tomaban imágenes con sus móviles coloridos. Y ante la puerta de Tannhäuser, que podría ubicarse en la calle del Sol, Susana Perancho, responsable del Espacio Óvalo, hizo un alegato en defensa de "la economía circular: reciclar, reutilizar, reducir", momentos antes de que la restauradora Rosana García recuperase dos muebles con técnicas decorativas.
La cerámica rakú también podría ser futurista, depende del cristal con el que se mire. Porque Avilés ha llegado al futuro, a ese viaje en el tiempo que planteaba el joven Harrison Ford y que sitúa el mundo en noviembre de 2019 visto, eso sí, desde la óptica de 1982. Y entre todo, surgen los debates: ¿actualmente, el robot es únicamente metálico o puede tener forma humana, de "replicante"? Al tiempo, una cuadrofonía con sonidos e imágenes del "Universo Blade Runner" entra en escena. Conceptos como el retrofuturismo fluyen ayudados por el ambiente porque juegan precisamente con añoranzas del pasado y describen situaciones distópicas con luces y llamativos colores del futuro que preveía Ridley Scott, que nadie sabe si en él se incluían exposiciones de arte, poesía e incluso conciertos nocturnos en bares. Y tras el repaso al filme de Ridley Scott adaptado a la realidad avilesina, hay quien piensa en la próxima Noche Negra, que será, parafraseando la película, "una nueva vida en las colonias espaciales para volver a empezar en una tierra dorada llena de oportunidades".
