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Los hosteleros, en alerta por el plan de terrazas: "Habrá que analizar cada caso"

Los locales situados en plazas tienen más fácil separar sus mesas y sillas de las fachadas, pero los ubicados en calles estrechas lo ven difícil

Ambiente en una terraza situada junto al parque del Carbayedo. RICARDO SOLÍS

El plan de accesibilidad del casco histórico que elabora la empresa Ilunion prevé que las terrazas de los negocios hosteleros estén separadas un mínimo de 1,50 metros de las fachadas. Tal exigencia "no es nueva", según reconocen algunos hosteleros consultados ayer por este periódico, si bien no siempre se cumple. Otros dudan de que llegue a aplicarse por las molestias que puede generar entre el gremio, otros lo ven "razonable" y otros ponen matices e indican que sería conveniente analizar cada caso antes de establecer una norma unificada para todas las calles y plazas del casco histórico.

El hostelero Miguel Villabrille entiende que la propuesta es "razonable" centrándose en los locales de la plaza y parque del Carbayedo. "En esta zona todos los locales podemos separar las terrazas a 1,50 metros de las fachadas y facilitar el paso a los invidentes", apuntó.

Ese planteamiento choca con la visión de Antonio Fernández, hostelero de la calle La Fruta. "En esta calle esa ordenanza no se puede aplicar, las jardineras también están pegadas a la pared y sería imposible colocar la terraza a 1,50 metros porque no habría espacio para los coches. En el caso de que tengamos que quitar la terraza... pues nos parecería muy mal", señaló.

Pablo Vega, hostelero de la plaza Carlos Lobo, ve bien la aplicación de la normativa para dejar paso a las personas con discapacidad; sin embargo, considera que "hay zonas de Avilés en las que no se podrán mover las terrazas. Por eso, es conveniente analizar cada caso".

Begoña Redondo, que regenta un local en el barrio de Sabugo, considera que el plan de accesibilidad es de difícil aplicación. "Ya lo plantearon una vez y no salió adelante. Muy pocas terrazas de Avilés pueden cumplir esa normativa y si se lleva a cabo desaparecería un buen número", destacó la hostelera.

En la calle Rivero, el problema es similar a la de la calle La Fruta. La colocación de las terrazas a 1,50 metros de las fachadas invadiría parte de la calzada por lo que "sería inviable".

La intención de la empresa que redacta el plan de accesibilidad es que haya espacio suficiente para que las personas con discapacidad visual puedan caminar sin dificultades y utilizar como guía las fachadas. La intención inicial es que las terrazas estén como mínimo a 1,50 metros y en los lugares que sea factible la intención es establecer una distancia de hasta 1,80 metros entre las mesas y las sillas y los edificios.

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