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Julio Béjar quiere estrenar en Avilés su obra sobre Lamela

"Me encantaría conseguirlo e invitar a la familia de Yago", sostiene el dramaturgo

El dramaturgo Julio Béjar.

Cuando Yago Lamela tocó el cielo de Maebashi al saltar ocho metros y cincuenta y seis centímetros, Julio Béjar (Almería, 1987) tenía 12 años. "Lo recuerdo perfectamente. Desde entonces, la historia de Yago me ha perseguido", afirma el dramaturgo, que ha escrito una obra de teatro inspirada en la vida del atleta avilesino ("8,56") con la que ganó recientemente el I certamen "Esos textos ocultos". Ahora, el sueño del dramaturgo es poder estrenarla en Avilés.

El salto de Yago a las tablas del teatro tuvo lugar con un ejercicio en clase de dramaturgia. Béjar tenía que escribir una obra de teatro y pensó en narrar la vida de Lamela. "Su historia tiene muchas resonancias con la tragedia antigua", explica el autor, sobre su trabajo, que relata la vida de Lamela en 16 actos, el mismo número de pasos que dio el atleta avilesino antes de su célebre salto, que fue plusmarca europea durante una década.

En cada uno de esos apoyos, Béjar relata la vida de Lamela: desde el chaval que entrena persiguiendo un sueño hasta la retransmisión televisiva del salto que convirtió al avilesino en uno de los deportistas más destacados de la historia del atletismo español.

"He preferido no entrar en asuntos más personales, como la muerte, porque considero que podría ser desagradable para su familia", explica sobre un trabajo que, reconoce, le requirió una importante labor previa de documentación: "me he visto y leído todo lo que hay en internet sobre él". Y es que más allá de la historia particular de Lamela, Béjar tiene claro que con "8,56" quiere contar una problemática muchas veces común a los deportistas: la dificultad de rehacer sus vidas una vez abandonan la práctica deportiva. "Los atletas nos interesan cuando ganan medallas, pero cuando tienen que reencauzar si vida y mandar currículum ya no nos interesan tanto", explica sobre una circunstancia que, afirma, padecen también los profesionales del teatro: "nadie te prepara para el fracaso".

El drama sobre la vida del saltador avilesino ha servido a Béjar para ganar el I certamen "Esos textos ocultos", gracias al que consiguió tres semanas de residencia en la madrileña Sala Guindalera, tras la que se realizaron tres días de muestra (que no estreno) abiertas al público.

"Creo que a la gente le ha gustado", asegura el dramaturgo, satisfecho por haber arrastrado al teatro a un buen número de deportistas. "La unión deporte-teatro no es muy habitual", apunta.

Entre los espectadores que la semana pasada se dejaron caer por Guindalera estuvieron el que fuera fisioterapeuta de Lamela, Ángel Basas, y el exlanzador de peso y amigo del avilesino Manolo Martínez. "Ambos me dijeron que les había gustado y me reafirmaron en dudas que tenía sobre la vida y el carácter de Yago", confiesa el almeriense que admite que lo suyo es una ficción basada en una historia real: "no puedo aspirar a hacer un documental sobre la vida del deportista". Ahora, el sueño de Béjar es poder estrenar la obra en Avilés. "Sería ideal", afirma el dramaturgo, que ya ha empezado a mover hilos para tratar de que "8,56" pueda volar al Niemeyer o al Palacio Valdés. "En ese caso me encantaría invitar a la familia de Yago, siempre desde el respeto absoluto, y tener la oportunidad de conocerles y charlar con ellos", dice Béjar, que insiste en que el objetivo de su obra es visibilizar una problemática, la de reencauzar la vida tras la retirada, a la que Lamela tuvo que enfrentarse después de convertirse en estrella en el cielo de Maebashi.

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