Los vecinos de Ranón llevaban años esperando por una mejora integral de la carretera que les une con La Arena, que finalmente está prevista en el borrador de presupuestos autonómicos. Sin embargo, hay personas que rechazan ahora la actuación, que ejecutará la empresa Alvargonzález y que supondrá ensanchar en dos metros la vía. "Se va a llevar por delante muros, vallados, árboles y buena parte de las emblemáticas hortensias del pueblo". Esa afirmación es de Javier del Riego, uno de los ochenta firmantes contra la ejecución de ese trazado. La recogida de esas rúbricas acaba de ser presentada ante la Consejería de Infraestructuras del Principado.

"Lo que plantean es una clara agresión al medio ambiente y al patrimonio de Ranón", añade Luis Antonio Suárez, otro firmante, que entiende que la actuación debería haberse centrado exclusivamente la renovación del pavimento y en la eliminación de los baches. "Pero se sacaron un ensanche de la manga que va a acabar con la idiosincrasia de Ranón", añade. Suárez considera además que la ampliación de los márgenes de la carretera entre Ranón y La Arena derivará en que los vehículos que por circulen alcancen más velocidad. Esa opinión también es compartida por Del Riego. Ambos también critican el proceso que impidió, dicen, la presentación de alegaciones. "No se consultó con nadie antes de plantear esta actuación que llevará un plan de expropiación de terrenos", apunta Suárez.

Ahora, este colectivo confía en que sus ochenta firmas que incluyen también a vecinos de la próxima localidad de La Arena y usuarios de la carretera sirvan para frenar una mejora tan esperada entonces como rechazada ahora "por su impacto".

"No nos negamos a que haya un ensanche de la carretera, pero en las zonas en las que se pueda, es decir, en los lugares donde no haya viviendas", señala del Riego, que ve cómo el trazado propuesto por la adjudicataria acabará, solo en su terreno, con un paredón centenario que protege su casa, una valla de estilo modernista art-decó, un peral y un cedro. "El trazado propuesto afecta a todo el pueblo, a todas las viviendas situadas en el kilómetro que ocupa la carretera general", añadió.

Del Riego denuncia también que la mejora de la carretera afectará a un pozo de 28 metros de profundidad y en uso, a los pies de un hórreo y a otras infraestructuras que lindan con la carretera. "Trazaron todo con un lápiz y sin preocuparse por nada", añade Suárez. En el caso de que la obra sea ejecutada tal y como está dibujada en los planos, sostienen los críticos con su trazado, habrá también decenas de árboles afectados, algunos de ellos robles.

Las vistosas hortensias que lucen en algunas de las viviendas de la recta de Ranón y que con el paso del tiempo han convertido al pueblo en una zona de visitas para admirar su belleza también sufrirán lo suyo. "Y todo sin contar que el entorno es parte del Camino de Santiago y no se puede tocar. Lo que no pueden hacer es un trazado lineal a los dos lados de la carretera sin importar nada más", apunta Del Riego, que ve el ensanche previsto en la carretera que cruza el pueblo "como si fuera una autopista".

A esa reflexión también llega Luis Antonio Suárez, que concluye: "No entendemos cómo pueden desarrollar una obra en este momento, atentando contra el paisaje, contra el patrimonio, acabar con las hortensias y con el entorno de casas protegidas y sus muros de más de cien años".