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La lacra del maltrato

Uno de cada cuatro "trans" tratados en Avilés ha sufrido violencia física de pareja

Un estudio realizado entre los usuarios de la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género aporta luz sobre un fenómeno apenas documentado

Una reciente manifestación organizada en Avilés en señal de repulsa por el asesinato en la ciudad de una transexual. RICARDO SOLÍS

Una de cada cuatro personas transexuales que acuden regularmente a la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género del Principado de Asturias, ubicada en el Hospital San Agustín, ha sufrido violencia física y en el 45% de los casos, grave. Los datos se desprenden de una investigación que firman María Fernández, Patricia Guerra, Verónica Concha, María Neir y Noelia Martínez, ligadas al San Agustín, el HUCA y la Universidad de Oviedo. El objetivo del trabajo fue conocer y evaluar los tipos de violencia de pareja en un grupo de 48 personas transexuales y, en segundo lugar, establecer diferencias en función de la identidad.

Según las firmantes del estudio, "el mayor porcentaje de violencia experimentada fue psicológica, seguida de la sexual y física y, por último y en menor medida, la económica". Según su identidad sufrieron más violencia "las personas con identidad femenina (cuando el sexo biológico es de hombre y la identidad de género femenina)". Además, cuando estas personas con identidad femenina pidieron ayuda, "la violencia se mantuvo o aumentó mientras que en aquellas con identidad masculina cesó o se mantuvo".

En el trabajo se hace alusión en todo momento al término violencia de pareja, "un maltrato que se produce en la intimidad de una relación de pareja, cuando uno de los miembros, independientemente de su sexo, trata de imponer su poder por la fuerza". La literatura sobre este tipo de violencia en las personas transexuales es escasa por el momento, de ahí la relevancia de este trabajo con sello avilesino recientemente publicado en "Ciencias Psicológicas". Las investigadoras sanitarias abordaron cualquier tipo de violencia de pareja sufrida por las personas "trans", independientemente del género del agresor o víctima.

En el estudio se hizo una selección de una muestra no probabilística de carácter intencional con 48 usuarios que acuden regularmente a la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género del Principado y que accedieron voluntariamente a participar en el estudio. Dado el tamaño de la muestra, precisan, no se permite la generalización de resultados. Se partió de la encuesta elaborada por Díaz y Núñez, aunque con varias modificaciones. También incluyeron preguntas sobre datos sociodemográficos, nivel educativo, país de origen, ocupación e información clínica, si estaban realizando un tratamiento hormonal y/o cirugías de confirmación de género. Los participantes en el estudio tenían de media,28 años. De las 48 personas, el 56,3% se identificó con identidad masculina y el 31,3% con la femenina. Un 6,3% se presentó como transexual y otro 6,3% con otras identidades.

De todos los participantes en la muestra, un 19% tiene estudios universitarios. La mayoría son españoles, seguidos por brasileños, cubanos y ecuatorianos. Y el 33,3% se consideró "religioso". Los resultados, cuanto menos, sorprenden: el 26% de los encuestados reconoció haber vivido situaciones de violencia física dentro de una relación de pareja en los últimos seis meses. Llama la atención también que un 45% reconoció que le habían impedido desarrollar proyectos personales y que, siempre dentro de una relación de pareja, el 64% había sido tratado con gritos, descalificaciones o insultos. Destaca igualmente que el 43% de las personas que han vivido algún tipo de violencia no ha solicitado ayuda

"Las personas con identidad femenina sufren más violencia económica, sexual y también prohibición en el uso de métodos de protección. La violencia psicológica también es mayor en la identidad femenina", apuntan las profesionales en la investigación extraída de "Ciencias Psicológicas", y agregan: "Creemos que en esta situación las personas con identidad femenina pueden sufrir una doble situación de discriminación, ser transexual y tener una identidad femenina, aumentando la vulnerabilidad de sufrir violencia", apuntan en el capítulo de conclusiones.

María Fernández, Patricia Guerra, Verónica Concha, María Neir y Noelia Martínez precisan, a su vez, que las actuales leyes no contemplan la prestación de ayudas específicas a personas "trans" que sufren violencia de género. "Esto puede ocasionar que no sepan a dónde dirigirse a pedir ayuda y cuando acuden, la ayuda prestada podría ser inadecuada e insuficiente". Por todo ello consideran necesario investigar las características de la violencia de pareja en personas transexuales y de este modo detectar cuáles son sus necesidades y, en consecuencia, diseñar las intervenciones y los recursos más apropiados.

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