Carlos Galán se siente en un "limbo" profesional tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que impide que siga siendo director del Conservatorio de Avilés en comisión de servicios por exceder el tiempo máximo permitido. Concede su primera entrevista desde julio de 2017 en medio del marasmo judicial en el que está envuelto el centro y no se anda con rodeos: teme su cierre.

- Empecemos por el final. Los jueces acaban de anular la comisión de servicios de la que disfruta para ser director del Conservatorio por superar los dos años. ¿Qué piensa hacer?

-Como funcionario público, yo estoy al servicio de la administración. En estos momentos estoy sirviendo al Ayuntamiento de Avilés y de esta administración dependo. Haré lo que me diga el Ayuntamiento porque estoy a las órdenes de mis superiores, en este caso, de la presidenta de la Fundación Municipal de Cultura (Yolanda Alonso). Y también de los servicios jurídicos municipales, que están estudiando cómo reaccionar a la sentencia, es decir, si van a recurrir o no al Tribunal Supremo. Estoy a la espera de que me digan qué pasos van a seguir.

- La sentencia es producto de una demanda del sindicato USIPA. ¿Teme que pida su ejecución inmediata?

-No lo sé. Lo que sí quiero decir es que me resulta muy extraño que un sindicato (USIPA), pensado para defender a los trabajadores, diga que vela por la legalidad general, cuando hay más de 200 trabajadores en Asturias en comisión de servicios y sólo se han centrado en este caso. Además, la comisión de servicios es una figura muy normal en la educación. Conozco a muchos directores que tienen su destino definitivo en Madrid, como yo, y se presentan a dirigir otro centro con una comisión que dura todo su mandato. Si esto no se denuncia, no pasa nada. Pero aquí se ha denunciado.

- ¿Cree que el Ayuntamiento debe recurrir al Supremo?

-No opino. Soy un funcionario público, un servidor.

- ¿Se ha planteado dejar el cargo?

-En algún momento sí me lo he planteado. Durante los dos primeros años estuve con la ilusión del primer día. Pero este último año me he empezado a cansar. Aunque vuelvo a lo mismo: soy funcionario, sirvo al Estado y, en este caso, a la administración local de Avilés. Sirvo a los ciudadanos, allá donde me toque. Por responsabilidad, no puedo ser yo quien deje el cargo sino que deben cesarme, en caso de que así lo consideren.

- O sea, no va a abandonar.

-No se me pasa por la cabeza, a día de hoy.

- ¿Cómo ha afectado la constante judicialización al ambiente laboral del centro?

-El profesorado siempre ha estado a la altura. A nivel interno, los asuntos judiciales no se trasladan al alumnado. Tanto los alumnos, como los padres y los profesores, están funcionando muy bien. Nunca ha bajado la calidad. Me siento respaldado por los padres y por los alumnos. Y, a nivel del profesorado, estamos mucho mejor que cuando llegué. Al principio, había rencillas entre los compañeros, pero en estos tres años hemos hecho un gran esfuerzo de unidad. Tan sólo hay dos personas que no se han sumado a esa unión: son dos profesoras de Piano, una fue directora y la otra, jefa de estudios adjunta.

- ¿Esas dos profesoras ejercen a modo de oposición interna?

-En cuanto al funcionamiento pedagógico, no. En cuanto al funcionamiento del centro, sí, porque todo lo judicializan. Cualquier acción se lleva a la inspección educativa o a los Juzgados. Siempre están poniendo piedras.

- ¿Tiene alguna idea para resolver esta crisis?

-No tengo respuesta a eso y además no es de mi competencia. Lo que ocurre es que hay una falta de legislación sobre los conservatorios municipales. La Consejería de Educación siempre se declara incompetente al respecto. Es una situación muy compleja. Nada de esto ocurriría si no se judicializara. Hay otros conservatorios municipales, en la cuenca del Nalón, en Luarca, en Mieres, en el resto de España... donde no hay ningún problema. Se guían por la legislación de Educación y, a nivel de personal, no se ponen problemas.

- La concejala de Educación defendía antes de la sentencia la creación de una plaza de jefe de servicio para salvar el entuerto de la dirección. ¿Sigue vigente esa propuesta?

-No sé si se sigue barajando.

- De seguir vigente, ¿la ve razonable?

-No es de mi incumbencia. Sí sé que se ha dado un paso, que es sacar una plaza de profesor de Violín. Consolidar los puestos de trabajo que se generen con las jubilaciones a partir de ahora para que los docentes sean funcionarios de carrera y puedan optar a la dirección es una buena salida.

- ¿Qué opina del papel que han jugado en este embrollo los partidos de la oposición?

-Pido responsabilidad. Este asunto, a menudo, lo comparo con el procés catalán, salvando todas las distancias, por supuesto. Esto requiere una salida política más que judicial debido a la legislación actual. Cuando se judicializa este asunto, se convierte en un callejón sin salida. La oposición debe tener responsabilidad y altura de miras. Me deja un poco perplejo que haya grupos que no aprecien lo suficiente al Conservatorio y que estén tratando de sacar rédito político de una institución educativa que cumple cuarenta años y que echó a andar gracias a José María Martínez. No entiendo que se pidan contrapartidas a cambio de mantener un centro puntero y de calidad como es el Conservatorio. Yo empecé a estudiar en el Conservatorio en el año 90. Hay concejales que casi no habían nacido entonces y ahora tienen en sus manos el futuro del Conservatorio. No lo están sabiendo valorar.

- El Claustro y el Consejo Escolar emitieron sendos comunicados pidiendo acuerdo político. Algunos denunciaron que la edil de Cultura usó ambos órganos en favor de sus intereses.

-Eso es falso. Más de dos tercios del Claustro y todo el Consejo Escolar pidió por escrito una reunión extraordinaria para tener información, más allá de la prensa. Yo invité a la reunión del Claustro a la presidenta de la Fundación, Yolanda Alonso, y ella invitó al director de Recursos Humanos (no fueron a la del Consejo Escolar). Explicaron sus propuestas para salir de la crisis y, en cuanto acabaron, se marcharon. Varios profesores pidieron hacer un comunicado y se aprobó por unanimidad. Hubo dos profesoras, las antes mencionadas, que estuvieron toda la reunión y se marcharon antes de votar. Se fueron después de que se hubieran ido la concejala y el director de Recursos Humanos. Al irse cometieron una irregularidad que es motivo de amonestación.

- ¿No es irregular la presencia de no claustrales en un claustro?

-Es cierto que no son claustrales y que se puede interpretar como algo irregular. Pero se limitaron a explicar la situación para aportar una mayor información. Llegaron, hablaron y se fueron. Después, los claustrales deliberamos. Si fuera tan anómalo, las dos profesoras deberían haberse ido al principio. No esperar a que finalizara la intervención de los responsables municipales. Desde la inspección me han instado a amonestarlas por abandonar el Claustro antes de tiempo. Eso depende del Servicio de Recursos Humanos. Lo he puesto en su conocimiento.