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CONCEPCIÓN ARTIME | Abogada

"El problema de los 'menas' es que están aquí solos, sin familia y sin referentes"

"Hay padres que están más preocupados de que sus hijos vayan a clases de inglés, toquen el piano y jueguen al tenis que de que respeten a un mayor"

Concepción Artime.

A Concepción Artime (Luanco, 1960) el interés por la profesión se lo despertó un manual de Derecho Romano. "Era de mi hermano, cayó en mis manos y empecé a leerlo. En un verano me leí los dos tomos. Ahí fue cuando descubrí que me gustaba el derecho y me planteé estudiar la carrera", recuerda la letrada, sobre una vocación que le llegó ya cumplidos los 30 y con un hijo, una circunstancia atípica que no impidió que hoy se encuentre al frente de un despacho en Luanco.

- ¿Es muy diferente ser abogado en una localidad pequeña como Luanco a ejercer en un lugar más grande?

-No mucha. Quizás la principal diferencia está en que hay más cercanía con el cliente. Al final, al ser un lugar pequeño, conoces a buena parte de la gente que entra en el despacho.

- A usted la vocación le llegó de manera tardía. ¿Es más difícil abrirse un hueco en el sector cuando uno se incorpora tarde?

-Quizás es más difícil entrar en una gran empresa o en un gran despacho; pero para ejercer por tu cuenta, no. Por otro lado, quizás por la madurez o porque con los años desarrollas más el sentido del ridículo (ríe), creo que me tomaba más a pecho y preparaba más a conciencia los juicios que, quizás otros recién licenciados. En esos primeros pasos también tengo que agradecer mucho a Elena Ocejo, con la que estuve de pasante e hizo que me llegase a fascinar la abogacía.

- Está inscrita en el turno de oficio para dar asistencia a menores y también a víctimas de violencia de género. Cada vez leemos con más frecuencia casos de violencia de género con menores implicados. ¿A qué se debe?

-Creo que la base está en la educación. Vivimos en una sociedad en la que faltan valores, principios, respeto... Hay padres que están más preocupados de que sus hijos vayan a clases de inglés, toquen el piano y jueguen a tenis que, por ejemplo, el respeto que muestren a un mayor. Considero que se ha delegado la educación al colegio y que falta cierta implicación de los padres en la educación de sus hijos. Además, debo decir que en un porcentaje alto de los casos de menores detenidos, estos provienen de familias desestructuradas o con muchos problemas.

- También se ha hablado mucho en los últimos meses de los "menas", los menores no acompañados. ¿Es cierto, como se dice desde algunos sectores, que son un foco de conflictividad?

-El tema de los "menas" es muy complicado. Hay que entender que se trata de chicos que están aquí sin ningún tipo de respaldo familia, viven todos mezclados, les faltan referentes... Y es muy complicado que encuentren una motivación para salir de donde están. ¿Qué pasa? Que a veces tienen enfrente a un adolescente como ellos, vestidos como a ellos les gustaría, con un teléfono última generación y tomando una Coca-Cola; y por esa falta de motivación y referentes, tratan de conseguir lo que quieren por la vía rápida o fácil.

- ¿Cuál es la solución a estos casos?

-En asuntos de menores me gusta mucho la sentencias del juez de menores Emilio Calatayud, que impone penas para tratar de que los condenados adquieran esos valores de los que carecen o les hace aprender a escribir y leer en caso de que no sepan.

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