El apagado de baterías de coque hace apenas unas semanas ha desdibujado el Avilés de las últimas seis décadas: donde había humos ahora hay construcciones sin uso, y suelo, unos 400.000 metros cuadrados, a la espera de futuro. Las llaves de la planta se entregarán el miércoles a la empresa Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi), la que se va a encargar de derribar, limpiar y descontaminar el suelo liberado en la parroquia de Valliniello, y el gobierno local se ha fijado como reto atraer nuevas empresas en los terrenos liberados para crear empleo. No están solos: ayer el Colegio

Consideran que este proceso "debe tener una componente altamente participativa y transversal respecto a la sociedad civil avilesina desde el principio, con el buen fin de enriquecer una propuesta estratégica de gran importancia para la comarca y para el área metropolitana central de Asturias", subrayó el decano de los arquitectos, Alfonso Torre. Y es que los espacios libres, como es el caso, son clave para los arquitectos asturianos en el desarrollo del área metropolitana, pero en Avilés, apuntan, se debe ir todavía un paso más allá: "Se deben buscar proyectos que nos lleven a la excelencia, a la división de honor, a la Champions League, porque suelo industrial sobra en Asturias, y lo que se haga debe tener un plus". Desde el Colegio de Arquitectos defienden la conservación al menos de las baterías de coque y los gasómetros

Un espejo en el que mirarse, a juicio de los arquitectos, es el complejo industrial de la mina de carbón de Zollverein en Essen, Alemania, declarado en el año 2001 por la Unesco como Lugar Patrimonio de la Humanidad. En las páginas de turismo del país germano, Zollverein se vende así: "Descubra la historia industrial en un lugar que representa superlativos como ningún otro: conozca la mina de carbón más grande y poderosa del mundo y la planta de coque central más grande de Europa". Zollverein es un reclamo de primer orden. Pero no el único. Otro ejemplo a seguir, en lo que se refiere a la protección del patrimonio industrial y a juicio de los arquitectos, es el Poblenou, en Cataluña, un barrio industrial convertido en escaparate de la innovación.

Con el fin de intervenir en la propuesta del futuro destino de las baterías de coque, desde el Colegio de Arquitectos han organizado un ciclo de cuatro conferencias que comenzará la próxima semana (viernes, día 17) en el Centro de Servicios Universitarios de la calle La Ferrería. Pretenden "ensanchar la necesaria reflexión pública a todos los agentes social". Por ejemplo: en las conferencias participará el presidente de Femetal, Guillermo Ulacia, como enlace con el cluster de empresas privadas ubicadas en el Parque Empresarial Principado de Asturias. Invitarán también a representantes de Arcelor Mittal, con sus dos centros de I+D+I en pleno crecimiento, a la fundación Idonial o al Centro Niemeyer "puesto que marcan vectores de futuro sobre la naturaleza de este espacio urbano: usos mixtos de alto valor añadido, arte, cultura, conocimiento, economía verde, producción siderúrgica cada vez más especializada, investigación de nuevos materiales o tecnologías medioambientales". Tampoco se olvidan de la Universidad de Oviedo "por su capacidad tractora de la producción industrial privada presente" o el Puerto de Avilés "por su ordenación logística y funcional de la ría".

El Colegio de Arquitectos de Asturias abre la espita a la reflexión: "La sociedad debe tomar conciencia de lo que tenemos y este proyecto de futuro no debe cerrarse entre el Ayuntamiento y la Sepi. Los arquitectos, por ejemplo, tenemos mucho que decir del patrimonio y debemos evitar errores del pasado como el derribo de la Térmica", subrayan, e insisten: "Esto tiene que formar parte de un planteamiento estratégico en términos de área metropolitana central de Asturias".