Han tenido que pasar dos décadas para que las voces de los miembros del coro asturiano más laureado, "El León de Oro" de Luanco; pero todo llega y esa especie de maleficio se rompió anoche en una velada memorable hecha posible por el mecenazgo de la multinacional de paternidad asturiana Satec, la misma que en sus orígenes estuvo instalada en el centro de empresas La Curtidora evidenciando su confianza en la estrategia que entonces desplegaba Avilés para convertirse en un territorio a la vanguardia tecnológica.

Música y empresa unidas a beneficio de la cultura y de un público que respondió como en las grandes ocasiones: ambiente de gala en el Palacio Valdés, donde no quedaron butacas vacías (la entrada era gratuita) y donde las palmas echaron humo cuando llegó el momento de premiar el talento que atesoran y el trabajo del medio centenar de integrantes del coro que ocupó el escenario. El presidente de Satec, el ovetense Luis Rodríguez-Ovejero, y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, coincidieron en el vestíbulo del teatro y allí escenificaron gozosos la feliz noticia de que, por fin, los "leones" iban a poder "rugir" en el Palacio Valdés, el sancta sanctorum de la cultura comarcal.

El concierto de anoche en Avilés fue el tercero y último de un ciclo que comenzó en Gijón (iglesia de San Pedro) y siguió en Oviedo (auditorio) sirviendo en todos los caos para conmemorar los 30 años de existencia de Satec, una empresa de acusado perfil tecnológico. Luis Rodríguez-Ovejero no se resistió a establecer un símil entre el ámbito empresarial y el coral, haciendo énfasis en que "ambos han de innovar para competir, aplicar la cultura y los conocimientos a una realidad para que produzca un impacto en su mundo; y además, en ambos casos el éxito radica en la constancia, en el cuidado de los detalles y en la voluntad incondicional de diferenciación y superación".

El director de "El León de Oro", Marco Antonio García de Paz, llevó a sus pupilos por un repertorio variado y pensado para agradar a todo tipo de público: algunas obras renacentistas -la gran especialidad de la formación- para abrir boca , piezas románticas para dar continuidad, un repaso a temas del siglo XX y corolario con canciones populares y folclóricas como traca final; el director honorífico de la formación, Peter Phillips, se subió al atril y cogió la batuta para dar la propina al respetable.

Phillips, por cierto, es la persona que está en el origen de la relación de mecenazgo que mantiene Satec con "El León de Oro"; amigo de Luis Rodríguez-Ovejero desde tiempos estudiantiles, el empresario asturiano hizo cruces cuando en 2013 acudió a un concierto en Madrid y se encontró a Phillips al frente de un coro ¡de Luanco! "Y no cualquier coro, sino un coro que pasea exitosamente el nombre de Asturias por todo el mundo; un caso del que todos los asturianos deberíamos estar orgullosos", reseña Rodríguez-Ovejero, quien además anima a otras empresas a apoyar la cultura en la medida de sus posibilidades.

"La cultura es un bien transversal; soy de la opinión de que los trabajadores rinden más y explotan mejor su talento cuando tienen aficiones culturales, más si cabe en un momento como el actual, donde la tecnología es uno componente fundamental de cualquier organización", manifestó el empresario, ayer convertido en Avilés en un fan más de "El León de Oro".