Fue el auténtico protagonista de ayer en Luanco. El pixín, de 55 kilos y 1,80 metros, suscitó la presencia de numerosos curiosos que quisieron comprobar el inusual tamaño. "¡Si es más grande que yo!", lanzaba al aire, sorprendido, uno de los presentes.
El impacto en el restaurante Guernica, dueño de esta pieza de récord, fue mayúsculo y muchos comensales reservaron mesa durante la jornada de ayer con la intención de degustar el pixín blanco, el cual fue destinado a carrilleras para hacer fritos, para compartir con arroz y almejas o para degustar en tacos a la plancha. Por su parte, la cabeza sirvió para hacer una rica sopa. Ramón Menéndez, dueño del establecimiento, necesitó de la ayuda de dos personas para trasladar la pieza hasta el interior de la cocina donde comenzaron a pelarlo. Las primeras sensaciones fueron positivas asegurando que "el lomo está duro" y, minutos después lo pudo confirmar: "Estaba muy bueno".
